jueves, 10 de agosto de 2017
POR LAS MADRES
martes, 8 de agosto de 2017
Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein)
lunes, 7 de agosto de 2017
LA TRANSFIGURACION DEL SEÑOR
San Cayetano
jueves, 6 de julio de 2017
UNA ORACIÓN DE SANACIÓN
viernes, 23 de junio de 2017
SAGRADO CORAZÓN DE JESUS
martes, 13 de junio de 2017
San Antonio de Padua.
domingo, 11 de junio de 2017
El Icono de la Santísima Trinidad.
viernes, 9 de junio de 2017
San Efrén
jueves, 8 de junio de 2017
PADRE, HIJO Y ESPÍRITU SANTO
lunes, 5 de junio de 2017
ORACIÓN
Rublev pintando el icono de Mambré.
miércoles, 31 de mayo de 2017
7 dones del Espiritu Santo
- Sabiduría: Es el don de entender lo que favorece y lo que perjudica el proyecto de Dios. Él nos fortalece nuestra caridad y nos prepara para una visión plena de Dios. El mismo Jesús nos dijo: “Mas cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué vais a hablar. Lo que tengáis que hablar se os comunicará en aquel momento. Porque no seréis vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu de vuestro Padre el que hablará en vosotros” (Mt 10, 19-20). La verdadera sabiduría trae el gusto de Dios y su Palabra.
- Entendimiento: Es el don divino que nos ilumina para aceptar las verdades reveladas por Dios. Mediante este don, el Espíritu Santo nos permite escrutar las profundidades de Dios, comunicando a nuestro corazón una particular participación en el conocimiento divino, en los secretos del mundo y en la intimidad del mismo Dios. El Señor dijo: “Les daré corazón para conocerme, pues yo soy Yahveh” (Jer 24,7).
- Consejo: Es el don de saber discernir los caminos y las opciones, de saber orientar y escuchar. Es la luz que el Espíritu nos da para distinguir lo correcto e incorrecto, lo verdadero y falso. Sobre Jesús reposó el Espíritu Santo, y le dio en plenitud ese don, como había profetizado Isaías: “No juzgará por las apariencias, ni sentenciará de oídas. Juzgará con justicia a los débiles, y sentenciará con rectitud a los pobres de la tierra” (Is 11, 3-4).
- Ciencia: Es el don de la ciencia de Dios y no la ciencia del mundo. Por este don el Espíritu Santo nos revela interiormente el pensamiento de Dios sobre nosotros, pues “nadie conoce lo íntimo de Dios, sino el Espíritu de Dios” (1Co 2, 11).
- Piedad: Es el don que el Espíritu Santo nos da para estar siempre abiertos a la voluntad de Dios, buscando siempre actuar como Jesús actuaría. Si Dios vive su alianza con el hombre de manera tan envolvente, el hombre, a su vez, se siente también invitado a ser piadoso con todos. En la Primera Carta de San Pablo a los Corintios escribió: “En cuanto a los dones espirituales, no quiero, hermanos, que estéis en la ignorancia. Sabéis que cuando erais gentiles, os dejabais arrastrar ciegamente hacia los ídolos mudos. Por eso os hago saber que nadie, hablando con el Espíritu de Dios, puede decir: «¡Anatema es Jesús!»; y nadie puede decir: «¡Jesús es Señor!» sino con el Espíritu Santo” (1Co 12, 1-3).
- Fortaleza: Este es el don que nos vuelve valientes para enfrentar las dificultades del día a día de la vida cristiana. Vuelve fuerte y heroica la fe. Recordemos el valor de los mártires. Nos da perseverancia y firmeza en las decisiones. Los que tienen ese don no se amedrentan frente a las amenazas y persecuciones, pues confían incondicionalmente en el Padre. El Apocalipsis dice: “No temas por lo que vas a sufrir: el Diablo va a meter a algunos de vosotros en la cárcel para que seáis tentados, y sufriréis una tribulación de diez días. Manténte fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida” (Ap 2,10).
- Temor de Dios: Este don nos mantiene en el debido respeto frente a Dios y en la sumisión a su voluntad, apartándonos de todo lo que le pueda desagradar. Por eso, Jesús siempre tuvo cuidado en hacer en todo la voluntad del Padre, como Isaías había profetizado: “Reposará sobre él el espíritu de Yahveh: espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de ciencia y temor de Yahveh” (Is 11,2).
lunes, 29 de mayo de 2017
Sermon del santo Cura de Ars sobre el respeto humano!!
viernes, 26 de mayo de 2017
ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DE SESHAN DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI
Virgen Santísima, Madre del Verbo Encarnado y Madre nuestra, venerada con el título de “Auxilio de los cristianos” en el Santuario de Sheshan, a la que se dirige con devoción toda la Iglesia en China, hoy venimos ante ti para implorar tu protección.
Mira al Pueblo de Dios y guíalo con solicitud maternal por los caminos de la verdad y el amor, para que sea siempre fermento de convivencia armónica entre todos los ciudadanos.
Con el dócil “sí” pronunciado en Nazaret tú aceptaste que el Hijo eterno de Dios se encarnara en tu seno virginal iniciando así en la historia la obra de la Redención, en la que cooperaste después con solícita dedicación, dejando que la espada del dolor traspasase tu alma, hasta la hora suprema de la Cruz, cuando en el Calvario permaneciste erguida junto a tu Hijo, que moría para que el hombre viviese.
Desde entonces llegaste a ser, de manera nueva, Madre de todos los que acogen a tu Hijo Jesús en la fe
y lo siguen tomando su Cruz.
Madre de la esperanza, que en la oscuridad del Sábado Santo saliste al encuentro de la mañana de Pascua con confianza inquebrantable, concede a tus hijos la capacidad de discernir en cualquier situación, incluso en las más tenebrosas, los signos de la presencia amorosa de Dios.
Señora nuestra de Sheshan, alienta el compromiso de quienes en China, en medio de las fatigas cotidianas, siguen creyendo, esperando y amando, para que nunca teman hablar de Jesús al mundo y del mundo a Jesús.
En la estatua que corona el Santuario tú muestras a tu Hijo al mundo con los brazos abiertos en un gesto de amor.
Ayuda a los católicos a ser siempre testigos creíbles de este amor, manteniéndose unidos a la roca de Pedro sobre la que está edificada la Iglesia.
Madre de China y de Asia, ruega por nosotros ahora y siempre. Amén.
jueves, 25 de mayo de 2017
Nunca
domingo, 21 de mayo de 2017
38. EN TUS MANOS SE TRANSFORMA EL MUNDO
jueves, 18 de mayo de 2017
CRISTO TODO EN TODO
miércoles, 17 de mayo de 2017
Solos con Dios
San Pascual Bailón.
martes, 16 de mayo de 2017
NOVENA DE LAS 24 GLORIAS
viernes, 12 de mayo de 2017
CENTENARIO DE LAS APARICIONES DE FÁTIMA.
LA MEDITACIÓN DE LAS ESCRITURAS.
Santo Domingo de la Calzada, ermitaño.
viernes, 5 de mayo de 2017
Santo Domingo Savio, patrono de los acólitos y monaguillos.
jueves, 4 de mayo de 2017
CRISTO DE MEDINACELI
martes, 2 de mayo de 2017
ROTO
El símil que más se asemeja a mi situación es la típica televisión “que no está rota pero casualmente falla”. Me explico. Todos hemos tenido que, alguna vez en nuestra vida, darle una somera ostia a la televisión. ¿Por qué? Porque estábamos felices viendo ese programa que tanto nos gusta y de repente se fastidia la señal. Así que zasca, toma ostia. No se arregla, le damos otra. ¡Funciona! No hemos tenido que esperar a la tercera para vencer, a la segunda ya va. Aun que en realidad la televisión sigue rota, funciona. Eso es por qué, por dentro, algún cable o alguna de sus múltiples piezas, se ha movido. La tele se ve, pero está rota, con el golpe solo hemos hecho que lo que falla se arregle, momentáneamente, sabemos que volverá a fallar.
Soy una televisión rota. De vez en cuando fallo, me auto-ostio, y funciono. Pero sigo estando roto. En verano me suele suceder, la parte en la que merezco el golpe. Estar en el pueblo lejos de mis apoyos principales hace que mi estado de ánimo sea una montaña rusa, subo y bajo, mi familia me aguanta y se atraganta conmigo. Todo esto hace que la señal se vea mal, es esos momentos en que, por mucho que golpees, no va, la apagas y, a los días vuelve a funcionar.
¿Por qué estoy roto? ¿Cuál es la parte que falla de mí? No lo sé, y que intente evitar que los demás noten mi ruptura no me ayuda, pero soy así. Estoy roto y así seguiré hasta que me arregle de nuevo, momentáneamente. Hay algo mal en mí, quizás debería llamar a un técnico que me ayude a no volver a romperme nunca más y a no estar roto internamente, pero oye, a mi orgullo no le da la gana. Ya se me pasará, perdón por si me da por alejarme de la realidad estos días, cuando no funciono, la vida me da fatiga, y la fatiga es muy mal.