jueves, 10 de agosto de 2017

POR LAS MADRES

Oh, Dios te ofrecemos alabanza y bendición, por las dulces tareas de la maternidad en la vida humana. Te bendecimos por nuestras propias madres que construyeron nuestras vidas con su ejemplo;  que nos trajeron al mundo con dolor y nos amaron más por ello; que nos alimentaron con su seno y que nos arrullaron para dormir en la suave seguridad de sus brazos. 

Te damos gracias por su amor que no  se cansa nunca, por sus oraciones sin palabras, por la agonía con que nos siguieron a  través de nuestros pecados y porque nos hicieron volver al buen camino  con el poder de sacrificio y redención que recibieron de Ti. Te rogamos que nos perdones si en nuestro egoísmo aceptamos su amor como nuestro derecho sin devolverles la ternura que ellas nos piden como única recompensa.
 

Y sí poseemos aún el gran tesoro que es la vida de nuestras madres, concédenos que la cuidemos en su ancianidad en la misma forma en que ellas cuidaron de nosotros cuando éramos  débiles.
Amen

martes, 8 de agosto de 2017

Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein)

Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein), 9 de agosto

«Mártir carmelita de origen judío, destacada filósofa e incesante buscadora de la verdad, que halló tras la lectura de la autobiografía de Teresa de Jesús. Copatrona de Europa y patrona de la Jornada Mundial de la Juventud en 2005»

Esta extraordinaria mujer llevó su búsqueda de la verdad hasta las últimas consecuencias creyendo que detrás de ella se hallaba Dios. Nació en Breslau, Polonia (entonces Alemania), el 12 de octubre de 1891, en plena celebración del Yom Kippur hebreo. Su madre, de profunda fe judía, acogió gozosa a la undécima de sus hijos que vino al mundo justamente el día de la Expiación. Este signo premonitorio marcaría la vida de Edith que se vinculó a la Pasión redentora de Cristo. Su camino estuvo plagado de renuncias y sufrimientos de distinta índole, comenzando por la pérdida de su padre cuando apenas tenía 2 años. Era de temperamento nervioso e irascible, pero tras él se escondía una privilegiada inteligencia que le llevaba a reflexionar con inusual madurez a la edad de 7 años. Sin embargo, al llegar a la adolescencia, en una crisis aguda propia de la edad dejó aparcados sus estudios y las prácticas piadosas que su madre le había inculcado. Pasó gran parte de 1906 en Hamburgo junto a su hermana Else y al año siguiente, reconciliada consigo misma y con la vida en general, retornó a las aulas.

Era una alumna destacada. Por puro interés crematístico, dado que en un futuro debía ganarse el sustento, en 1911 tras haber realizado la reválida cursó estudios de historia alemana y psicología en la universidad de Breslau. Pero su verdadera pasión era la filosofía. Por ello, en 1913 ingresó en la universidad de Göttingen. Las tesis de Edmund Husserl, promotor de la corriente fenomenológica, causaban furor. Y Edith, como muchos alumnos, se afilió a ella. Husserl fue su profesor y director de tesis. En esos años trabó contacto con Max Scheler, y el atisbo de luz que ya había percibido en su búsqueda de la verdad junto a Husserl, si bien fue incompleta, al escuchar a Scheler despejó su camino y le mostró la vía del catolicismo. Era un paso crucial, ya que su trayectoria había estado marcada por un férreo ateísmo.

Aprobó el examen de Estado en 1915 con la brillantez acostumbrada, y realizó un curso de enfermería para auxiliar a los heridos de la Guerra Mundial en un hospital militar austriaco. En 1916, después de haber visto de cerca el sufrimiento y la muerte de tantos jóvenes combatientes, preparó y defendió la tesis que mereció la más alta calificación. Algunos de sus amigos y compañeros pudieron influirle en el camino de la fe, pero los elegidos para que diese el salto definitivo fueron el colaborador de Husserl, Adolf Reinach, y su esposa, convertidos al catolicismo. Cuando Adolf murió, Edith se halló frente a la fe y esperanza de su viuda, que acogía confiada el reencuentro con él en la vida eterna. Quedó desarmada: «Este ha sido mi primer encuentro con la cruz y con la fuerza divina que transmite a sus portadores… Fue el momento en que se desmoronó mi irreligiosidad y brilló Cristo».

Edith fue ayudante de Husserl desde 1916 hasta 1918. No volvió a verlo hasta 1930. Preocupada por el papel de la mujer, de la que fue activa defensora en conferencias y escritos, su condición femenina le creó muchos problemas para ejercer la docencia. Además, su origen judío constituyó un veto para obtener la habilitación acreditativa para impartir clases. Regresó a Breslau y se centró en la redacción de artículos. Entre sus diversas lecturas, introdujo la del Nuevo Testamento y los Ejercicios de san Ignacio de Loyola. En el transcurso de una corta estancia en el domicilio de su amiga Hedwig Conrad-Martius en 1921, leyó la vida de la santa de Ávila y le invadió una profunda conmoción: «Cuando cerré el libro, me dije: esta es la verdad». Se bautizó en enero de 1922 y en febrero recibió la confirmación. Pasó por el duro trance de ver con cuánto dolor acogía su madre la noticia. Quiso ingresar en el Carmelo, pero tampoco lo tuvo fácil. Los años siguientes ejerció como profesora, se dedicó a traducir textos, entre otros, de santo Tomás de Aquino, a impartir conferencias, y a escribir obras de gran profundidad filosófica.

En 1933, cuando el holocausto judío había estallado, le abrieron las puertas del Carmelo de Colonia. Volvió a su hogar y se despidió de su madre en medio de indecible sufrimiento. Las lágrimas de ambas rodando por sus mejillas no eran más que la pálida sombra de dos corazones que sin romperse jamás seguían dos caminos de fe divergentes. Cuando Edith abandonó su casa, junto al peso del ofrecimiento que hizo a Cristo, brillaba con inusitada fuerza el candil de la esperanza evangélica: «todo aquél que deje padre, y madre…». Sabía que esos jirones de su vida iban reconvirtiéndose en odres nuevos conforme se alejaba de los suyos para adentrarse en su apasionante destino. Tomó el hábito en 1934, a los 42 años, y el nombre de Teresa Benedicta de la Cruz. En 1936 culminaba su emblemática obra Ser finito y ser eterno. Profesó en abril de 1938 y ese mismo mes fallecía Husserl.

Su admirable vida, fraguada de trabajo, humildad, oración y sacrificios iba desarrollándose en este convento y en el holandés de Echt desde finales de 1938. Hasta que el 2 de agosto de 1942 los nazis la detuvieron a ella y a su hermana Rosa, que había seguido sus pasos y era portera del convento. «Ven, vayamos por nuestro pueblo», le dijo. En «Amor por la cruz» había escrito: «Solo puede aspirar a la expiación quien tiene abiertos los ojos del espíritu al sentido sobrenatural de los acontecimientos del mundo; esto resulta posible solo en los hombres en los que habita el Espíritu de Cristo, que como miembros de la Cabeza encuentran en Él la vida, la fuerza, el sentido y la dirección». De Amersfoort pasaron al campo de extermino de Westerbork. Recluidas en él hasta el 7 de agosto, el 9 las trasladaron a Auschwitz-Birkenau junto a 987 judíos, siendo sacrificadas en la cámara de gas. Frente a la ignominia y la sinrazón de la Shoah, Edith halló al pie de la cruz la luz redentora de Cristo. Juan Pablo II la beatificó el 1 de mayo de 1987, y la canonizó el 11 de octubre de 1998. El 12 de julio de 1999 la declaró copatrona de Europa.

https://es.zenit.org/articles/santa-teresa-benedicta-de-la-cruz-edith-stein-9-de-agosto-3/

lunes, 7 de agosto de 2017

LA TRANSFIGURACION DEL SEÑOR

Mateo, Marcos y Lucas, nos narran, con la diferencia de algunos ligeros matices, el acontecimiento de la Transfiguración. Jesús había hablado a sus discípulos de su inminente pasión y muerte. Y para que no vacilasen en la fe, invita a tres de ellos, Pedro, Santiago y Juan, a subir con Él al monte Tabor, precisamente los tres que verían su agonía en Getsemaní.

En el Tabor les mostró el Señor su gloria y esplendor, a la vez que Moisés y Elías se aparecían hablando con Jesús. Allí se transfiguró delante de ellos. Su rostro brillaba como el sol, y sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no es capaz de blanquearlos ningún batanero del mundo, según precisa plásticamente el evangelista San Marcos.

Entonces intervino Pedro y dijo a Jesús: Señor, qué bien estamos aquí. Si quieres, hagamos tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. Pero aquello no era más que un breve episodio. Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube, que decía: Éste es mi Hijo amado en quien tengo puestas todas mis complacencias. Escuchadle.

Esta voz les confortaría en el momento de la prueba. Nunca la podrían olvidar. Sobre todo Pedro, que escribirá más tarde: Esta voz traída del cielo, la oímos nosotros, estando con Él en la montaña sagrada.

La voz del Padre es apremiante. Si Jesús es el Amado en quien tiene puestas todas sus complacencias, quiere decir que sólo se complacerá el Padre en nosotros en cuanto nos parezcamos a Jesús, en cuanto le imitemos, en cuanto reflejemos su imagen, y reproduzcamos sus gestos y palabras.

Sólo se complacerá el Padre en nosotros, si escuchamos a Jesús, que es su Palabra, pues, como dice la Carta a los Hebreos, en múltiples ocasiones y de muchas maneras habló Dios a nuestros padres en tiempos de los profetas, pero ahora, en esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo, al que ha nombrado heredero de todo, y es el reflejo de su gloria.

San Juan de la Cruz comenta agudamente estas palabras: Como el Padre nos dio a su Hijo -que es una Palabra suya, que no tiene otra- todo nos lo habló junto y de una vez en esta sola Palabra y no tiene más que hablar. Que Dios ha quedado ya como mudo, porque lo que hablaba antes en partes a los profetas, ya lo ha hablado en Él todo, dándonos el todo que es su Hijo. Sería pues una desconsideración ir pidiendo a Dios nuevas revelaciones, puesto que todo nos lo tiene revelado ya en su Hijo: Éste es mi Hijo amado, en quien tengo puestas todas mis complacencias. Escuchadle.

Algunos Santos Padres aportan una curiosa interpretación a la Transfiguración. Jesús, dicen, siempre estaba transfigurado, su divinidad irradiaba siempre a través de la envoltura de la naturaleza humana, su rostro siempre estaba resplandeciente -"ese halo luminoso que despiden las almas más santas"-, pero los discípulos, enredados en problemas de preeminencias, enfrascados en pequeños detalles, mezclados entre multitudes, entretenidos en pequeñas cosas, no podían vislumbrar el brillo del rostro de Jesús.

Bastó que dejaran el espesor del valle, que subieran a la montaña, que dejaran aparte sus minúsculas preocupaciones, que se purificaran los ojos, que miraran más fijamente, sin estorbos, al rostro de Jesús, para que descubrieran el fulgor de su mirada, el rostro siempre radiante de Jesús.

Dice un autor que si el hombre mirara con frecuencia al cielo, acabarían naciéndole alas. Y otro más prosaico afirma que al que sólo mira al suelo le salen cuatro patas. Pero Dios nos dio los ojos para mirar a lo alto.

San Cayetano

Cayetano nace en Vicenza, que pertenecía en aquel entonces a la República de Venecia, de padres nobles. Su padre ostentaba el título de conde de Thiene. Su madre otro de mayor gloria y que sin duda influirá mucho más en el alma y vida futura de Cayetano: era terciaria dominica. Ella se preocupará, sobre todo, de la educación sólida en piedad de su hijo y le hablará tantas veces de la vanidad de las riquezas y honores del mundo.

La divina Providencia guía sus pasos por los senderos de una nueva vía. Un día estaba en sus bellos jardines meditando en cosas del cielo cuando ve que una blanquísima paloma da vueltas sobre su cabeza y le parece oír este hermoso mensaje: "Cayetano, la paz sea contigo. Procura no perderla nunca. Y trata de contagiarla a los demás". Será ésta una de las notas más características de su vida. Él será para sí duro, mortificado e intransigente, pero en cambio será suave y dulce para con los demás. Será siempre la dulzura, la paz, el porte delicado y distinguido lo que llamará la atención dé este apuesto joven jurisconsulto primero y clérigo después.

Estudió leyes en Padua y en Vicenza y ejerció durante algún tiempo de abogado pero pronto, después de unos años pasados entre pleitos y leyes, verá que aquél no es su camino y procurará tomar otro que le conduzca con mayor certeza hacia la verdadera vida.

Se ordena sacerdote y trabaja de lleno en toda clase de apostolados: A imitación de San Pablo, en primer lugar se retira al desierto de Rampazzo y pasa algún tiempo entregado a la oración y mortificación de su cuerpo. Después el obispo lo elige como familiar y así entra Cayetano a formar parte del clero romano en el que influirá más que ningún otro clérigo de su tiempo. Son los años floridos del Renacimiento que trae muchas cosas buenas y otras que materializan y alejan de la verdadera práctica de la fe y de la entrega generosa al Señor.

El Papa Julio II el 1512 convoca el V Concilio de Letrán. Pronto se da cuenta Cayetano que antes que reformar la Iglesia y las estructuras, lo que importa es reformarse uno a sí mismo. Por ello cada día antes de llegarse al altar piensa: "Yo polvo y gusanillo me atrevo a presentarme ante la Santísima Trinidad y tocar con mis manos al Creador del Universo". Cayetano celebraba la Misa como un serafín. Sabrá apreciar lo grande de este misterio cuando dice al compañero de antaño y ahora Papa Pablo IV: "El sacrificio de la Misa es la ocupación más excelente de la tierra, el negocio más urgente, preferible a cualquier otro, por ser la vida y savia de toda obra".

Cayetano se entrega, sobre todo, a la reforma del clero ya que es consciente de la gran influencia que el sacerdote ejerce en la marcha de la humanidad. Para ello funda, en compañía del futuro Pablo IV, la Orden llamada popularmente de los Teatinos. Su ideal será: Imitar la vida de los Apóstoles, tratando de ensamblar la vida contemplativa con la activa mediante un gran vida de austeridad y ardor apostólico.

A Cayetano se le ve crecer de día en día en los caminos de la perfección. Lo notan cuantos le tratan de cerca. Un día dice: "Veo a Cristo pobre y a mí rico. A Cristo despreciado y a mí honrado. Así no puedo seguir. Deseo y quiero parecerme a él. Para ello voy a dar un paso más". Y lo dio.

Su misión ya estaba cumplida. Fue el mejor preparador del Concilio de Trento. Sin hacer ruido, delicadamente, partió hacia la eternidad con deseos ardientes "de unirse con el Cordero Inmaculado". Era el 7 de agosto de 1547.

San Cayetano fue beatificado el 8 de octubre de 1629 por el papa Urbano VIII y canonizado el 12 de abril de 1671 por el papa Clemente X.

Sus reliquias se veneran en la Basílica de San Pablo Mayor, en Nápoles.

jueves, 6 de julio de 2017

UNA ORACIÓN DE SANACIÓN

Señor mío, aumenta mi fe de tal modo que yo siempre pueda fiarme de tu providencia y de tu infinito poder para alcanzar todos mis objetivos.

Bendice a cada uno de los que amo y que me ven como su apoyo, no quiero fallarles. Cobija mi corazón y dame fuerzas para ser luz para todos ellos.

Que a través de mis acciones, Tú les hagas sentir todo el poder sanador de tu perdón y de tu amor y que pueden superar cualquier problema a tu lado.

Quiero vivir y sentir tu presencia en mi vida. Ábreme el corazón al perdón para desechar todo resto de dolor que me hace guardar rencor.

Quiero renovar hoy mi alianza Contigo. Confiar en tus bendiciones, en que me proteges con tu divino amor para que ningún mal pueda hacerme daño.

Sé que no me abandonarás, aunque vuelva a fallarte una y otra vez, y mis errores me pesen de por vida. Tu poder me levanta y me brindas vida nueva.

Tú eres mi Refugio que purifica y santifica mi corazón. Te pido que abras caminos de esperanza para mí y me ayudes a vencer las dificultades.

Necesito de la guía de tu Espíritu Santo para poder corresponder con amor a todas tus obras y descansar feliz en tu presencia. Amén

viernes, 23 de junio de 2017

SAGRADO CORAZÓN DE JESUS

Solemnidad del Sagrado Corazon de Jesus.  (SERVICIO BIBLICO LATINOAMERICANO)

No se sabe de algún arqueólogo que haya descubierto, grabado en piedra allá por los comienzos del mundo, la figura de un corazón atravesado por una flecha. Los hombres primitivos debieron manifestar con otros signos ese sentimiento colosal y único que se llama enamoramiento. Pero en nuestra cultura, ya como seres erguidos y absolutamente pensantes, el signo de un corazón viene a ser como el desquite de la naturaleza humana ante un mundo cada vez más mecanizado. ¿Por qué la Iglesia no iba a señalar también en el corazón su propio signo de ternura para manifestar el amor de Dios a la humanidad? Es necesario ahora más que nunca en esta sociedad de máquinas y robots. Tenemos un mundo huérfano de cariño. Muchas veces también una Iglesia demasiado acartonada y rígida, como avergonzada de haber sido convocada nada más que por el amor. Porque eso es lo que representa el Corazón de Jesús: el amor derramado, regalado, comprometido con esta humanidad arisca, un amor dispuesto al sacrificio con tal de producir vida. Poco favor nos hacen esas figuras dulzonas del Corazón de Jesús y algunas devociones erráticas que buscan conjugar las matemáticas con la fe: nueve viernes, siete sábados, tres Avemarías...

El Corazón de Jesús nos muestra un amor inclaudicable por las causas del ser humano: por su valoración, su dignidad y su vida. Amor que llega hasta la cruz. Amor que no cuenta números sino que se entrega sin condiciones. Amor eficaz porque contagia vida.
SERVICIO BIBLICO LATINOAMERICANO

martes, 13 de junio de 2017

San Antonio de Padua.

Diez datos curiosos de SAN ANTONIO, uno de los santos más queridos y populares entre los católicos.
1. No se llamaba Antonio, no nació en Padua ni era italiano
Nació en Lisboa, Portugal, en 1195. Se llamaba Fernando de Bulloes y Taveira de Azevedo. A los 25 años adoptó el nombre de Antonio cuando se hizo franciscano.
2. Fue agustino antes de ser franciscano. 
A los 15 años ingresó a los Canónigos Regulares de San Agustín. Diez años después ingresó a los Frailes Menores Franciscanos.
3. Pudo ser mártir 
Decidió ingresar a los Frailes Menores para predicar a los sarracenos y estaba dispuesto a morir por amor a Cristo. Se fue a Marruecos, pero una severa enfermedad lo obligó a retornar.
4. Era un gran predicador
Tenía una voz clara y fuerte, talante imponente, memoria prodigiosa y un profundo conocimiento, el espíritu de profecía y un extraordinario don de milagros.
5. Lleva un Niño Jesús en brazos por una aparición
Fue testigo de una aparición del Niño Jesús a quien sostuvo en brazos.
6. Su milagro más famoso permitió que un hombre recupere un pie amputado
En Padua, un joven de nombre Leonardo, en un arranque de ira, pateó a su propia madre. Arrepentido, le confesó su falta a San Antonio quien le dijo: "El pie de aquel que patea a su propia madre, merece ser cortado." Leonardo corrió a casa y se cortó el pie. Enterado de esto, San Antonio tomó el miembro amputado del joven y milagrosamente lo reunió al cuerpo.
7. Lo conocen como el santo más milagroso
Su fama de obrar actos prodigiosos nunca ha disminuido y aún en la actualidad es reconocido como el más grande taumaturgo de todos los tiempos.
8. Es conocido como “el Santo de todo el mundo”
León XII lo llamó “el Santo de todo el mundo” porque por todas partes se puede encontrar su imagen y devoción. Es patrón de los pobres, viajeros, albañiles, panaderos y papeleros.
9. Acuden a él para pedir un buen esposo o esposa 
Por esta razón algunas personas llegan a poner su imagen de cabeza, pero esto es una superstición y una práctica no cristiana.
10. Su canonización fue la más rápida de la historia
El Papa Gregorio IX lo canonizó menos de un año después de su muerte en Pentecostés el 30 de Mayo de 1232.

domingo, 11 de junio de 2017

El Icono de la Santísima Trinidad.

El Monasterio de la Santísima Trinidad fue fundado por San Sergio de Rádonezh, uno de los santos rusos más venerados y el santo patrón del país. En este monasterio ubicado a 70 kilómetros al noreste de Moscú, fue el lugar donde Andréi Rubliov tomó el hábito. Más tarde, el hermano Andréi volvió a este monasterio para escribir (pintar) los iconos y frescos de la Catedral de la Dormición de la Madre de Dios, que fue la primera construcción de piedra del monasterio. En el Iconostasio de esta Catedral se encuentra la más famosa obra de Rubliov y de toda la pintura rusa medieval: el Icono de La Santísima Trinidad, considerada la más perfecta expresión del genio iconografo.

En el Icono de Rublev toda la atención se centra en los tres ángeles, en su silencioso intercambio. Se les representa sentados alrededor de un altar, en el centro del cual está el cáliz de la Eucaristía, con la cabeza de un ternero sacrificado, que simboliza el cordero del Nuevo Testamento, es decir, Cristo. Los ángeles de la izquierda y del centro bendicen el cáliz.

Dios Padre ‒el ángel de la izquierda del icono‒ bendice a Dios Hijo ‒en el centro‒ que ha de morir en la cruz, por amor a la humanidad. Dios el Espíritu Santo ‒derecha‒ está presente para proporcionar consuelo, confirmando la elevada Lógica del sacrificio, el amor que todo lo perdona. El tema de la «Santísima Trinidad» es ambiguo. La obra es polifacética en su contenido. Antes que nada, incorpora la idea de la Divinidad trina. En el tiempo de Sergii Radonezhsky y Andrei Rublev, el tema de la Trinidad fue entendido como el símbolo de la unidad espiritual: el amor mutuo, el mundo y la disposición al sacrificio.

La fecha exacta de la muerte de Rubliov tampoco se conoce con exactitud pero lo más probable es que el monje falleciese en 1430. Rubliov pasó sus últimos años de vida en el monasterio del Salvador y Andrónico de Moscú, donde hacía vida monacal y escribia en la Catedral del Salvador, el edificio más antiguo que existe hoy en día en la capital rusa.

En total, solo se sabe de cinco iglesias donde trabajó Rubliov y la cantidad de sus Iconos escritos para otros encargos tampoco es grande. El monje iconografo fue canonizado en 1988 y el día 4 de julio la Iglesia ortodoxa rusa celebra su Fiesta.

viernes, 9 de junio de 2017

San Efrén

San Efrén el sirio, 9 de Junio

San Efrén (o Efraín) de Siria, también conocido como Efraín de Nísibe o Nisibi, fue un diácono y escritor, músico, santo, Padre de la Iglesia y Doctor de la Iglesia, nacido en Nusaybin, Turquía —entonces en la provincia romana de Mesopotamia— en 306 ca.1 y muerto en Edesa en 373. Ya en su tiempo fue conocido como «el Místico», con el apelativo de «El arpa del Espíritu».

Oración de san Efrén el Sirio
Señor y Maestro de mi vida,
no me abandones al espíritu de la pereza, del desánimo,
de dominación y de vana charlatanería.
*   (Prosternarse)
Dame la gracia, a mí tu servidor/tu sierva,
del espíritu de castidad, de humildad, de paciencia y de caridad.
*   (Prosternarse)
Sí Señor y Rey, concédeme ver mis faltas
y no condenar a mi hermano,
tu que eres bendito por los siglos. Amén.
*   (Prosternarse.

*    Después se dice tres veces inclinándose hasta el suelo)

Oh Dios, ten piedad de mí, pecador.
Oh Dios, purifícame, pecador.
Oh Dios, mi creador, sálvame.
¡De mis numerosos pecados perdóname!

jueves, 8 de junio de 2017

PADRE, HIJO Y ESPÍRITU SANTO

Las Tres Personas son Distintas Entre Si: 
Las Escrituras abundan en testimonios que demuestran que aunque las tres personas poseen la misma naturaleza divina; no obstante, sus personalidades están marcadas con ciertas actividades que no son intercambiables sino exclusivas y que las presentan como distintas entre sí; por ejemplo: El Padre manda al Hijo a redimir a su pueblo, nunca sucede lo contrario. El Hijo redime a su Iglesia  y envía al Espíritu a santificar, nunca se dice que el Espíritu haya sido crucificado o que el Espíritu envíe al Hijo a santificar. Mateo 26:39 Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.  Mateo 20:23 El les dijo: A la verdad, de mi  vaso beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados; pero el sentaros a mi derecha y a mi izquierda, no es mío darlo, sino a aquellos para quienes está preparado por mi Padre.  Mateo 27:46 Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?.  Marcos 13:32 Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aún los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre.  Lucas2:49 Entonces él les dijo: ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?.  Lucas 12:10 A todo aquel que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que blasfemare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado.  Lucas23:46 Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró.  Juan 1:18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.  Juan 5:31-32 y 37 Si yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio no es verdadero.  Otro es el que da testimonio acerca de mí, y sé que el testimonio que da de mí es verdadero.  También el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto.  Juan 7:37 al 39 En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.  Juan 8:16-18 Y si yo juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy yo solo, sino yo y el que me envió, el Padre.  Y en vuestra ley está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero.  Yo soy el que doy testimonio de mí mismo, y el Padre que me envió da testimonio de mí.  Juan 16:28 Salí del Padre, y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo, y voy al Padre. Juan 20:17 Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.  Hechos 10:38 Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
1 Corintios 15: 24, 27 y 28 Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. -Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas.  Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos. Gálatas 3:20 Y el mediador no lo es de uno solo; pero Dios es uno.  Colosenses 3:1 Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.
La revelación de Dios manifestación a sí mismo en tres personas, es un fenómeno esencialmente único y, por consiguiente, está muy por encima  de la posibilidad de una completa comparación o ilustración. Los diferentes ejemplos que se utilizan para no podrán dar sino solamente una idea para su comprensión. Por lo cual, no debe insistirse excesivamente en el afán imposible de querer comparar la revelación de Dios manifestado a sí mismo en el Padre, el Hijo y el Espirítu Santo con cualquier otro fenómeno material

lunes, 5 de junio de 2017

ORACIÓN

Puedes hacer esta experiencia que a mí me ha dejado una profunda huella. Llegas a la oración, te sientas en un sitio tranquilo, ante el sagrario por ejemplo, o en tu celda, cierras los ojos y diriges tu espíritu hacia tu corazón, es decir, hacia lo más profundo de ti mismo. Entonces llama al Espíritu con gran insistencia, y luego repites despacio: “Jesús, ten misericordia de mí”. Tendrás que volver a traer tu entendimiento a las palabras, rechazando las palabras inútiles, aún las que conciernen a las cosas de Dios. De tiempo en tiempo, hacer unas pausas en silencio sin decir nada, o entrecortar tus palabras con profundos silencios. Y luego, en el momento en que menos lo pienses, en un segundo plano de tu conciencia, detrás de tu mente, mucho más allá de tus ideas y de tus sentimientos, sorprenderás que la oración está en marcha en ti. Incluso te sucederá a menudo que se te imponen luces referentes a tu vida, que te da Dios sin que tú lo sepas, o decisiones que debes tomar. Es el dulce murmullo del Espíritu que educa tu corazón y le conduce hacia la verdad eterna. (Jean Lafrance)

Rublev pintando el icono de Mambré.

Aunque el icono de la Trinidad, de Rublev, es una obra de arte incomparable, es, ante todo, una obra religiosa y como tal debe ser considerada. Nunca, en ninguna época de la Iglesia, se ha hecho una meditación tan densa sobre el misterio de la Trinidad. Rublev ha escrito en un icono de una simplicidad desconcertante, lo que no ha sabido expresar la literatura teológica.

miércoles, 31 de mayo de 2017

7 dones del Espiritu Santo

  1. Sabiduría: Es el don de entender lo que favorece y lo que perjudica el proyecto de Dios. Él nos fortalece nuestra caridad y nos prepara para una visión plena de Dios. El mismo Jesús nos dijo: “Mas cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué vais a hablar. Lo que tengáis que hablar se os comunicará en aquel momento. Porque no seréis vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu de vuestro Padre el que hablará en vosotros” (Mt 10, 19-20). La verdadera sabiduría trae el gusto de Dios y su Palabra.
  1. Entendimiento: Es el don divino que nos ilumina para aceptar las verdades reveladas por Dios. Mediante este don, el Espíritu Santo nos permite escrutar las profundidades de Dios, comunicando a nuestro corazón una particular participación en el conocimiento divino, en los secretos del mundo y en la intimidad del mismo Dios. El Señor dijo: “Les daré corazón para conocerme, pues yo soy Yahveh” (Jer 24,7).
  1. Consejo: Es el don de saber discernir los caminos y las opciones, de saber orientar y escuchar. Es la luz que el Espíritu nos da para distinguir lo correcto e incorrecto, lo verdadero y falso. Sobre Jesús reposó el Espíritu Santo, y le dio en plenitud ese don, como había profetizado Isaías: “No juzgará por las apariencias, ni sentenciará de oídas. Juzgará con justicia a los débiles, y sentenciará con rectitud a los pobres de la tierra” (Is 11, 3-4).
  1. Ciencia: Es el don de la ciencia de Dios y no la ciencia del mundo. Por este don el Espíritu Santo nos revela interiormente el pensamiento de Dios sobre nosotros, pues “nadie conoce lo íntimo de Dios, sino el Espíritu de Dios” (1Co 2, 11).
  1. Piedad: Es el don que el Espíritu Santo nos da para estar siempre abiertos a la voluntad de Dios, buscando siempre actuar como Jesús actuaría. Si Dios vive su alianza con el hombre de manera tan envolvente, el hombre, a su vez, se siente también invitado a ser piadoso con todos. En la Primera Carta de San Pablo a los Corintios escribió: “En cuanto a los dones espirituales, no quiero, hermanos, que estéis en la ignorancia. Sabéis que cuando erais gentiles, os dejabais arrastrar ciegamente hacia los ídolos mudos. Por eso os hago saber que nadie, hablando con el Espíritu de Dios, puede decir: «¡Anatema es Jesús!»; y nadie puede decir: «¡Jesús es Señor!» sino con el Espíritu Santo” (1Co 12, 1-3).
  1. Fortaleza: Este es el don que nos vuelve valientes para enfrentar las dificultades del día a día de la vida cristiana. Vuelve fuerte y heroica la fe. Recordemos el valor de los mártires. Nos da perseverancia y firmeza en las decisiones. Los que tienen ese don no se amedrentan frente a las amenazas y persecuciones, pues confían incondicionalmente en el Padre. El Apocalipsis dice: “No temas por lo que vas a sufrir: el Diablo va a meter a algunos de vosotros en la cárcel para que seáis tentados, y sufriréis una tribulación de diez días. Manténte fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida” (Ap 2,10).
  1. Temor de Dios: Este don nos mantiene en el debido respeto frente a Dios y en la sumisión a su voluntad, apartándonos de todo lo que le pueda desagradar. Por eso, Jesús siempre tuvo cuidado en hacer en todo la voluntad del Padre, como Isaías había profetizado: “Reposará sobre él el espíritu de Yahveh: espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de ciencia y temor de Yahveh” (Is 11,2).

lunes, 29 de mayo de 2017

Sermon del santo Cura de Ars sobre el respeto humano!!

La vergüenza de practicar el bien, por miedo al desprecio y a las mofas de algunos desdichados impíos o de algunos ignorantes, es un asombroso menosprecio que hacemos de la presencia de Dios, ante el cual estamos siempre y que en el mismo instante podría lanzarnos al infierno. ¿Y por qué motivo, esos malos cristianos se mofan de vosotros y ridiculizan vuestra devoción? Yo os diré la verdadera causa: es que, no teniendo virtud para hacer lo que hacéis vosotros, guardan inquina, porque con vuestra conducta despertáis los remordimientos de su conciencia; pero estad bien seguros de que su corazón, lejos de despreciaros, os profesan grande estima. Sí tienen necesidad de un buen consejo; de alcanzar de Dios alguna gracia, no creáis que acudan a los que se portan como ellos, sino a aquellos mismos de los cuales se burlaron, por lo menos de palabra. ¿Te avergüenzas, amigo, de servir a Dios, por temor de verte despreciado? Mira a Aquel que murió en esta cruz: pregúntale si se avergonzó Él de verse despreciado y de morir de la manera más humillante en aquel infame patíbulo. ¡Ah, qué ingratos somos con Dios, que parece hallar su gloria en hacer publicar de siglo en siglo que nos ha escogido por hijos suyos! ¡Oh Dios mío! ¡que ciego y despreciable es el hombre que teme un miserable qué dirán, y no teme ofender a un Dios tan bueno! Digo, además, que el respeto humano nos hace despreciar todas las gracias que el Señor nos mereció con su muerte y pasión. Sí, por el respeto humano inutilizamos todas las gracias que Dios nos había destinado para salvarnos. ¡Oh, maldito respeto humano, qué de almas arrastras al infierno!

viernes, 26 de mayo de 2017

ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DE SESHAN DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI

Virgen Santísima, Madre del Verbo Encarnado y Madre nuestra, venerada con el título de “Auxilio de los cristianos” en el Santuario de Sheshan, a la que se dirige con devoción toda la Iglesia en China, hoy venimos ante ti para implorar tu protección.

Mira al Pueblo de Dios y guíalo con solicitud maternal por los caminos de la verdad y el amor, para que sea siempre fermento de convivencia armónica entre todos los ciudadanos.


Con el dócil “sí” pronunciado en Nazaret tú aceptaste que el Hijo eterno de Dios se encarnara en tu seno virginal iniciando así en la historia la obra de la Redención, en la que cooperaste después con solícita dedicación, dejando que la espada del dolor traspasase tu alma, hasta la hora suprema de la Cruz, cuando en el Calvario permaneciste erguida junto a tu Hijo, que moría para que el hombre viviese.


Desde entonces llegaste a ser, de manera nueva, Madre de todos los que acogen a tu Hijo Jesús en la fe

y lo siguen tomando su Cruz.


Madre de la esperanza, que en la oscuridad del Sábado Santo saliste al encuentro de la mañana de Pascua con confianza inquebrantable, concede a tus hijos la capacidad de discernir en cualquier situación, incluso en las más tenebrosas, los signos de la presencia amorosa de Dios.


Señora nuestra de Sheshan, alienta el compromiso de quienes en China, en medio de las fatigas cotidianas, siguen creyendo, esperando y amando, para que nunca teman hablar de Jesús al mundo y del mundo a Jesús.


En la estatua que corona el Santuario tú muestras a tu Hijo al mundo con los brazos abiertos en un gesto de amor.


Ayuda a los católicos a ser siempre testigos creíbles de este amor, manteniéndose unidos a la roca de Pedro sobre la que está edificada la Iglesia.


Madre de China y de Asia, ruega por nosotros ahora y siempre. Amén.


jueves, 25 de mayo de 2017

Nunca

Las cosas llegan, suceden y pasan por que así de simple es vivir, no puedes decir que olvidas porque negarías la experiencia, pues vivimos cada día creando experiencias nuevas que se convierten en recuerdos nuevos, haciendo un esfuerzo por alimentar  el sentido que tiene estar vivo y compartir la vida con otros, no digas nunca, te tengo que olvidar o ya te olvide, porqué te engañas, estarías al mismo tiempo negando tu experiencia, y lo que vas aprendiendo, entregando a otros para continuar viviendo 
Jhon Orozco

domingo, 21 de mayo de 2017

38. EN TUS MANOS SE TRANSFORMA EL MUNDO

Tú dices: “Yo soy la resurrección y la vida”,
y todo cambia ante nuestros ojos.
En tus manos se transforma el mundo, Señor.
Nuestra tierra, escenario del odio,
se convierte en la semilla de tu Reino.
En sus surcos Tú trabajas.

Nuestra alegría, que tan pronto pasa,
se hace semilla de alegría eterna.
De su luz Tú sacarás el sol.

La muerte ya no pone término
porque en el término 
Tú siembras el comienzo.
La vida y la muerte en duro combate.
Vence la vida porque Tú estás en ella.
Y nosotros vencemos contigo.

En Ti resucitó la tierra. 
En ti resucitó el cielo.
En Ti se hunde todo
y se yergue, sola, la vida.

Patxi Loidi. “Gritos y plegarias”, p. 340

jueves, 18 de mayo de 2017

CRISTO TODO EN TODO

Señor Jesucristo, Palabra eterna del Padre y verdadero hombre, te adoramos. Sé Tú para nosotros siempre el misterio viviente de nuestra fe y de nuestra vida fundado en esta fe: Eterno Sumo Sacerdote y Sacrificio perpetuo, sé Tú mismo nuestra adoración del Padre en espíritu y en verdad. En Ti y contigo sea nuestra vida un servicio al Dios Infinito, Tú, sacramento de servicio a la Majestad Divina.

Vida del hombre, fuente de gracia, sé Tú mismo la vida de nuestra alma, la vida que nos hace participar en la vida de la Trinidad. En TI participamos en tu vida, Sacramento de vida sobrenatural de nuestras almas.

Redentor de nuestros pecados, vencedor misericordioso de nuestros pecados y de nuestras debilidades. Vivamos en Ti para que tu vigoroso amor obre eficazmente en nosotros, el amor, el único que puede vencer todo pecado ahora y siempre. Por TI y en Ti, guárdanos de todo pecado, Sacramento de la victoria sobre el pecado.

Lazo de amor, símbolo de concordia. Hazme estar unido a Ti con todos los que Tú me has mandado amar. Haz que todos nosotros pertenezcamos a Ti cada vez más. De este modo estaremos todos siempre más unidos con el amor por Ti, Sacramento del verdadero amor y de la verdadera comunidad.

Vencedor en el sufrimiento, Salvador crucificado. En Ti queremos sobrellevar las horas difíciles. Lo que nos acontece, que lo soportemos como participación en tu destino para que sea para nosotros camino hacia la luz pascual, por Ti, Sacramento de comunidad de dolor entre Ti y nosotros.

Señor de eterna majestad. Que siempre miremos con fe y valentía hacia la eterna vida. Cuando te recibamos, que tu Cuerpo sea prenda de la eterna gloria. Sacramento de vida eterna, haz que se cumpla el último deseo de nuestro corazón: adorarte en la visión beatífica, a Ti con el Padre y el Espíritu Santo eternamente. Amén.

K. Rhaner

miércoles, 17 de mayo de 2017

Solos con Dios

«Cuanto más solos estamos con Dios más unidos estamos uno a otro; el silencio de la contemplación se hace una sociedad profunda, rica, infinita, no sólo con Dios sino también con los hombres (...). Cuando más solos estamos con él, y más en tinieblas, más formamos, aunque sea una multitud, una sola cosa los unos con los otros (...). Cuanto más solos, más juntos y más en unión, la verdadera unión de la caridad, no la de las ciudades y de las muchedumbres físicas, cuanto más solos estamos con él».

T. MERTON: Llavor de contemplació. Ariel, Barcelona, 1969.
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"The more we are alone with God, the more we are united to each other; The silence of contemplation becomes a deep, rich, infinite society, not only with God but also with men .... When we are alone with him, and more in darkness, we form, even a multitude, a single thing with one another (...). The more alone, the closer together and more in union, the true union of charity, not that of cities and physical crowds, the more alone we are with him. "

T. MERTON: Fear of contemplation. Ariel, Barcelona, 1969

San Pascual Bailón.

En la vida de San Pascual Bailón coinciden circunstancias providenciales. Su vida está entre dos Pascuas. Nace y muere el día de Pentecostés. Por eso se llama Pascual y será alegre como unas pascuas. Nace y muere en el mes de las flores y tendrá gran devoción a María. Su existencia está encerrada en dos pueblos sonoros. Nace en Torrehermosa, del reino de Aragón, y muere en Villarreal, del reino de Valencia. Vida hermosa y regia.

Por lo demás, el Serafín de Torrehermosa era de humilde familia. A los siete años ya era pastorcito. Y mientras cuida de sus ovejas, teje guirnaldas de flores y plegarias a la Virgen Nuestra Señora de la Sierra.

Desde niño fue muy inclinado a la piedad. Acude a la iglesia, sin prisa, a los pies de la Virgen o junto al Sagrario. Son sus amores. A ellos dedica las ternuras de su corazón. La Eucaristía y María tienen para él el atractivo irresistible de un poderoso imán. No podía separarse de él.

Como buen aragonés, es constante y tenaz. Es también un autodidacta. Aprende solo a leer. Así podrá conocer mejor los misterios de la fe. A puro de ejercicio, es además un buen grabador. A golpe de navaja ha grabado en su cayado una cruz, una custodia y una imagen de la Virgen. A los veinte años trabaja como rabadán para un rico propietario, Martín García. Y es tan responsable Pascual, que su amo le ofrece la mano de su única hija. Es una prueba muy tentadora. Pero no acepta. Hizo un propósito de niño: "Cuando sea mayor, seré franciscano". Poco después Santa Clara y San Francisco le confirman en su decisión. Camino de Cabolafuente, se le aparecen: "La castidad, la pobreza y la obediencia será tu ideal".

Pide el hábito de lego franciscano en Montfort. Como buen hijo del Poverello, celebra sus nupcias con la Dama Pobreza. Pobreza real, querida y saboreada. Quería ser "la escoba de la casa de Dios". Luego, durante casi treinta años, Almansa, Jumilla, Valencia, Elche, Loreto, Ayora, Játiva, Villena, Jerez y Villarreal, serán testigos de los milagros de su caridad, para con los hermanos del convento y de fuera, y de sus fervores eucarísticos.

Pascual Bailón. Nombre alegre y apellido juguetón. A veces, sin poder contenerse, se ponía a bailar ante una imagen de la Señora. Tenía buen humor. Recorría muchos pueblos mendigando para el convento y para repartir a los pobres. - Fray Pascual ¿por qué no os servís de un jumento para llevar ese aceite? - ¡Un jumento! ¿Dónde hallar otro mejor que yo?

Sus superiores le envían a París. Descalzo, a pie y mendigando hizo el viaje. Era una arriesgada aventura. Mil azares le sucedieron. Un hugonote sospechó del papista. - ¿Dónde está Dios?, le preguntó. - En el cielo, contesta Pascual sencillamente. Luego -llorará, porque si hubiera añadido: "y en el Santísimo Sacramento", hubiera sido mártir, que era su ardentísimo deseo. En el viaje de vuelta lo compensa con sus ardientes predicaciones sobre la Eucaristía y sus himnos de alabanza el Amor de los Amores.

Esa fue su vida, un serafín de amor. Humildad, silencio y sacrificio, como Jesús en la Eucaristía. La aurora le sorprendía siempre ante el Sagrario, radiante de luz y alegría. Allí se preparaba para la jornada. Y ante el Sagrario le sorprendía el anochecer, descansando de sus fatigas.

Su alma voló a la patria eterna en el momento de la elevación de la Misa. Oyó la campana y aún abrió los ojos para adorar la Sagrada Hostia. Era el 17 de mayo de 1592. 

Fue beatificado por el papa Paulo V el 19 de octubre de 1618 y canonizado por Alejandro VIII el 16 de octubre de 1690. Declarado patrono de todas las asociaciones y congresos eucarísticos por el papa León XIII el 28 de noviembre de 1897.

Durante la guerra civil española el monasterio de franciscanas clarisas donde se encontraba las reliquias de San Pascual en Villarreal, fué saqueado he incendiado. Parte de las reliquias se perdieron y las que se encontraron, fuerón depositadas en nuevo sepulcro. El 17 de mayo de 1992, festividad de san Pascual Bailón y IV centenario de su muerte, S.M. el Rey de España Juan Carlos I, reinauguró la Real Capilla y presidió el traslado de los restos del santo al actual sepulcro, obra del escultor Vicente Lloréns Poy.

martes, 16 de mayo de 2017

NOVENA DE LAS 24 GLORIAS

SANTA TERESITA DEL NIÑO JESÚS
Novena de las 24 Glorias

LA NOVENA
Puede hacerse la Novena de las 24 Glorias en cualquier día del mes, sin embargo es preferible y mucho más ventajoso hacerla del 9 al 17 de cualquier mes, a fin de participar en la comunión de oraciones de los que la hacen.  

Récense, durante los nueve días solamente, 24 Glorias cada día, a la Santísima Trinidad, en acción de gracias por los favores y gracias con que enriqueció el alma de Santa Teresita del Niño Jesús y de la Santa Faz durante los 24 años que ella vivió en la tierra.

ORIGEN
El R.P. Putigau, sacerdote de la Compañía de Jesús, el día 3 de diciembre de 1925 comenzó una novena en honor de Santa Teresita del Niño Jesús, pidiendo a la milagrosa Santita una gracia importante. Con esta intención comenzó a rezar durante la novena 24 Glorias, en acción de gracias a la Santísima Trinidad por los favores y gracias concedidos a Santa Teresita del Niño Jesús, durante los 24 años de su existencia terrena. 

Pidió el Padre, a Santa Teresita que le diera una señal de que su novena era escuchada, y esta señal sería recibir él, de alguien, una rosa fresca y entreabierta (no precisamente una rosa blanca, solo una rosa). En el tercer día de la novena, una persona busca al P. Putigau y le ofrece una linda rosa, encarnada.

El 24 de diciembre del mismo año el Padre comenzó una segunda novena y pedía ahora, como señal una rosa blanca. En el cuarto día de la novena, una Hermana, enfermera del hospital, le trajo una linda rosa blanca diciendo:
– Aquí está una rosa que Santa Teresita envía a Vuestra Reverencia.
Sorprendido, pregunta el Padre: 
– ¿De dónde viene esta rosa?
– Fui a la Capilla donde se encuentra adornada una bella imagen de Santa Teresita –dice la Hermana–, y al aproximarme al altar de la Santita, cayó a mis pies esta rosa. Quise colocarla de nuevo en el jarrón, pero me acordé de traerla a Vuestra Reverencia.

El P. Putigau, S.J. alcanzó las gracias pedidas en la novena, y resolvió propagarla formando una cruzada de oraciones en honor de Santa Teresita.

Santa Teresita envía su lluvia de gracias y bendiciones, en señales pedidas o en rosas, no importa el color de la rosa, pues en sus imágenes, las rosas que lleva entre sus brazos son de varios colores.

Eleva tu plegaria a la Santísima Trinidad y con la intercesión de Santa Teresita pidele tu rosa.

Señal de la Cruz...

Oremos
Santísima Trinidad, Padre, Hijo, Espíritu Santo, 
yo les agradezco todos los favores, todas las gracias con que enriquecieron el alma de Tu sierva Teresita del Niño Jesús durante los 24 años que pasó en la tierra, y por los méritos de tan querida Santita, concédeme la gracia que tan ardientemente les pido, si fuere conforme a su santísima voluntad y para salvación de mi alma.  Amén.

(Pídase la gracia que se desea conseguir)

Invocaciones
1. L:  Santa Teresita del Niño Jesús.   
R: ruega por nosotros. 
L: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. 
R: como era en el principio ahora y siempre   por los siglos de los siglos.  Amén.

2.  L:  Florcita de Jesús.   
R: ruega por nosotros. 
L: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. 
R: como era en el principio ahora y siempre   por los siglos de los siglos.  Amén.  

3.  L:  Hija predilecta de María.   
R: ruega por nosotros. 
L: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. 
R: como era en el principio ahora y siempre   por los siglos de los siglos.  Amén.

4.  L:  Esposa fiel de Jesús.   
R: ruega por nosotros. 
L: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. 
R: como era en el principio ahora y siempre   por los siglos de los siglos.  Amén.

5.  L:  Madre de innumerables almas.   
R: ruega por nosotros. 
L: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. 
R: como era en el principio ahora y siempre   por los siglos de los siglos.  Amén.

6.  L:  Ejemplar de santidad.   
R: ruega por nosotros. 
L: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. 
R: como era en el principio ahora y siempre   por los siglos de los siglos.  Amén.

7.  L:  Milagro de virtudes.   
R: ruega por nosotros. 
L: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. 
R: como era en el principio ahora y siempre   por los siglos de los siglos.  Amén.

8. L:  Prodigio de milagros.   
R: ruega por nosotros. 
L: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. 
R: como era en el principio ahora y siempre   por los siglos de los siglos.  Amén.

9.  L:  Virgen prudente.   
R: ruega por nosotros. 
L: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. 
R: como era en el principio ahora y siempre   por los siglos de los siglos.  Amén.

10.  L: Heroína de la fe.   
R: ruega por nosotros. 
L: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. 
R: como era en el principio ahora y siempre   por los siglos de los siglos.  Amén.

11.  L: Ángel de Caridad.   
R: ruega por nosotros. 
L: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. 
R: como era en el principio ahora y siempre   por los siglos de los siglos.  Amén.

12.  L:  Violeta de humildad.   
R: ruega por nosotros. 
L: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. 
R: como era en el principio ahora y siempre   por los siglos de los siglos.  Amén.

13.  L: Mística pasionaria.   
R: ruega por nosotros. 
L: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. 
R: como era en el principio ahora y siempre   por los siglos de los siglos.  Amén.

14.  L:  Lirio purísimo del Carmelo.   
R: ruega por nosotros. 
L: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. 
R: como era en el principio ahora y siempre   por los siglos de los siglos.  Amén.

15.  L:  Flor selecta de la Iglesia.   
R: ruega por nosotros. 
L: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. 
R: como era en el principio ahora y siempre   por los siglos de los siglos.  Amén.

16.  L:  Rosa deshojada de amor.   
R: ruega por nosotros. 
L: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. 
R: como era en el principio ahora y siempre   por los siglos de los siglos.  Amén.

17.  L: Mártir de amor.   
R: ruega por nosotros. 
L: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. 
R: como era en el principio ahora y siempre   por los siglos de los siglos.  Amén.

18. L:  Encanto de cielos y tierra.   
R: ruega por nosotros. 
L: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. 
R: como era en el principio ahora y siempre   por los siglos de los siglos.  Amén.

19.  L:  Mensajera de la paz.   
R: ruega por nosotros. 
L: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. 
R: como era en el principio ahora y siempre   por los siglos de los siglos.  Amén.

20.  L:  Patrona de las misiones.   
R: ruega por nosotros. 
L: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. 
R: como era en el principio ahora y siempre   por los siglos de los siglos.  Amén.

21.  L:  Sembradora de rosas.   
R: ruega por nosotros. 
L: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. 
R: como era en el principio ahora y siempre   por los siglos de los siglos.  Amén.

22.  L:  Maestra de Infancia Espiritual.   
R: ruega por nosotros. 
L: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. 
R: como era en el principio ahora y siempre   por los siglos de los siglos.  Amén.

23.  L:  Abogada de los Sacerdotes.   
R: ruega por nosotros. 
L: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. 
R: como era en el principio ahora y siempre   por los siglos de los siglos.  Amén.

24.  L:  Tu que pasas el cielo haciendo bien sobre la tierra.   
R: ruega por nosotros. 
L: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. 
R: como era en el principio ahora y siempre   por los siglos de los siglos.  Amén.

Acto de Ofrenda al Amor Misericordioso (Extracto de la Oración 6)
María Francisca Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz, rel. carm. ind. 
Fiesta de la Santísima Trinidad. El 9 de junio del año de gracia 1895

Para Ti el tiempo no es nada, un solo día es como mil años; Tu puedes, pues, prepararme en un instante, para presentarme ante Ti…
Para vivir en un acto de perfecto amor, ME OFREZCO COMO VÍCTIMA DE HOLOCAUSTO A TU AMOR MISERICORDIOSO, suplicándote que me consumas sin cesar, dejando desbordar, en mi alma, las olas de ternura infinita que tienes encerradas en Ti y que, de ese modo, me convierta en mártir de Tu amor, ¡oh, Dios mío!  Que este martirio, después de prepararme para presentarme ante Ti, me haga finalmente morir y que mi alma se lance sin tardanza en el abrazo eterno de Tu amor misericordioso…Quiero, ¡oh, Amado mío!, a cada latido de mi corazón, renovar esta ofrenda un número infinito de veces, hasta que las sombras se hayan desvanecido y pueda repetirte mi amor en un cara a cara eterno…  Amén.

Señal de la Cruz... 

Santa Teresita del Niño Jesús y de la Santa Faz.    Ruega por nosotros Amèn.

viernes, 12 de mayo de 2017

CENTENARIO DE LAS APARICIONES DE FÁTIMA.

El Papa Francisco rezó ante Nuestra Señora en Fátima.

Una comitiva presidida por el Presidente de la República Portuguesa dió la bienvenida al Papa Francisco en la base aérea de Monte Real, donde a las 16.12 (hora local) aterrizó el avión del Pontífice.

En el aeropuerto, el Santo Padre mantuvo un encuentro privado con el Presidente de la República Portuguesa, Marcelo Rebelo de Sousa, y rezó brevemente en la capilla de la base aérea. 

Después el Papa Francisco viajó en helicóptero al Santuario de Fátima, donde cientos de miles de peregrinos le esperaban en un clima de gran entusiasmo.

El helicóptero aterrizó en estadio de la ciudad que lleva su nombre y de allí en el papamóvil hizo su ingreso a la explanada del Santuario tras saludar a las autoridades civiles de la ciudad y el obispo António Augusto dos Santos Marto.

Por las calles le esperaban miles de personas que le saludaban con emoción a su paso. Una vez en el santuario, cuya explanada contiene a unas 400 mil personas, el Papa presidió delante de la imagen de Nuestra Señora de Fátima, una larga oración leída en portugués, de la que reproducimos algunos párrafos.

En la corona de esta imagen está la munición del atentado que sufrió san Juan Pablo II, el 13 de mayo de 1981 en la plaza de San Pedro.

“Peregrino de la Paz que tú anuncias en este lugar, alabo a Cristo, nuestra paz,” –rezó el Papa– imploró para el mundo “la concordia entre todos los pueblos”.

El Santo Padre añadió: “Peregrino de la Esperanza que el Espíritu anima, vengo como profeta y mensajero para lavar los pies a todos, en torno a la misma mesa que nos une”. “Haz que sigamos el ejemplo de los beatos Francisco y Jacinta, y de todos los que se entregan al anuncio del Evangelio”.

“Muéstranos la fuerza de tu manto protector. En tu Corazón Inmaculado, sé el refugio de los pecadores y el camino que conduce a Dios. Unido a mis hermanos, en la Fe, la Esperanza y el Amor, me entrego a Ti. Unido a mis hermanos, por ti, me consagro a Dios, Oh Virgen del Rosario de Fátima”.

Al concluir el momento de oración, el Papa visiblemente emocionado depositó una Rosa de Oro a la Virgen de Fátima, e impartió su bendición final. De aquí fue la la Casa “Nossa Senhora do Carmo” donde se aloja.

LA MEDITACIÓN DE LAS ESCRITURAS.

Y AL DESPERTAR, EL ALMA SE UNE A DIOS

Para estos hombres experimentados, los buenos pensamientos que han mantenido en la noche, antes de dormir, están como personificados: Tú duermes, pero ellos velan, y al despertarte te vienen enseguida, están presentes en ti, ya lo hemos visto:

"Que el sueño te encuentre ocupada en pensamientos de la Escritura, que a tu despertar, venga a ti enseguida algún pasaje."

Es lo que Elredo escribe a su hermana, y también Guillermo en su "Carta de Oro”: "Atento a tu despertar, te volverá el fervor de la víspera".
¡Tanta importancia tiene la mente alimentada con buenos pensamientos! Y esto ha sido posible por la preparación remota. Casiano se preguntaba y se preocupaba por un gran problema que tenían los monjes: La distracción de la mente. La solución sin duda, está en la meditación asidua de la Escritura; el uso de las Escrituras en la oración litúrgica y privada ocupa un lugar preeminente.
Los monjes egipcios se aprendían de memoria los libros de la Biblia. San Antonio, que según dicen algunos, no sabía leer, meditó las Escrituras en la soledad: las sabía de oído al escucharlas y recitarlas en los textos litúrgicos.
Merton decía que: "Las palabras de la Escritura se dan al monje antes que nada para apartar las distracciones y los malos pensamientos, reemplazando estos por los buenos. Llegamos a las Escrituras en busca de esos pensamientos "ascendentes" que nos elevan a Dios contra la gravitación de las pasiones, en las cuales los pensamientos "descendentes", nos bajan hacia la tierra y aprietan las cadenas que mantienen el espíritu atado a la carne". Más aún, la meditación de las Escrituras lleva hasta la contemplación.

Santo Domingo de la Calzada, ermitaño.

Nació en la primera mitad del siglo XI, en la pequeña población de Viloria, en la región de Cantabria y no lejos de La Calzada.

Las primeras noticias de que disponemos sitúan al joven Domingo –en torno al año 1050– pidiendo una plaza en el monasterio de Valvanera, en la Rioja, por Nájera; no se le llegó a admitir. El pobre hombre lo volvió a intentar en otro monasterio; tampoco en el de San Millán de la Cogolla lo quisieron recibir aquellos buenos monjes. Quizá las razones que llevaron a los respectivos abades al negarle un puesto no fueron arbitrarias; posiblemente supusieron que aquel fuerte ejemplar humano solo intentaba escapar del trabajo del campo, o que buscaba solucionar su vida poniéndose al abrigo de los muros del monasterio, como parece ser que intentaban hacer una nube de mendigos; desde luego, no lo tenía fácil a la vista de su paupérrimo ajuar, de su indumentaria; no le ayudaba su majestuoso analfabetismo y, además, no llevaba aval de ningún tipo… bien parecía que se venían abajo de modo irremediable sus ansias de entrega completa a Dios.

Le quedó un último recurso. Por aquellos andurriales se conocía la existencia de un solitario; lo buscó, lo encontró, habló con él y lo dejó tan boquiabierto cuando conoció sus buenas disposiciones, que no solo lo admitió en su compañía, sino que le cedió su propia cabaña, y se prestó a instruirle en los usos y costumbres de la vida de anacoreta.

Ya preparado para la vida solitaria, se marchó a Bureba donde construyó su propia cabaña. Pasó allí cinco años, entre oraciones y penitencias, cultivando la tierra de los alrededores para alimentarse.

A la región llegó el obispo Gregorio de Ostia, predicando el Evangelio; Domingo se le enganchó como «paje para todo», llevado por su deseo de instrucción y perfección. Cuando muere el santo obispo, retorna a Bureba, pero con nuevos ideales y más amplios horizontes: ahora pretende dedicarse a proporcionar un apoyo a los numerosos peregrinos hacia Santiago para venerar los reliquias del Apóstol. El lugar es tránsito obligado, hacen falta sitios para descanso en la fatiga, que sirva también para defensa de los muchos peligros, y para curar a los enfermos. Eso lo entendió como un postulado de la caridad.

Sin abandonar la oración ni la penitencia, se puso mano a la obra como peón, constructor y organizador al tiempo que, con una actividad increíble, atendía a los pobres y desamparados en un alarde de caridad, protegido por los reyes Alfonso VI y VII. Hacía falta roturar campos, nivelar terraplenes, plantar árboles, levantar un hospital, hacer refugios, poner en buen estado una antigua calzada romana, levantar un puente sobre el río Oja y oratorios que se fueron haciendo insuficientes y terminaron en una iglesia dedicada al Salvador, que a su vez se convertirá en catedral en el 1180, sede del obispo de Calahorra, donde se conservan sus restos. Claro está que aquello suscita un inevitable movimiento de gente; cada proyecto pide más mano de obra y así, sin pretenderlo demasiado, va formándose un núcleo de población que será el comienzo de Santo Domingo de la Calzada actual.

Murió el 12 de mayo de 1109, después de haber servido a multitud de peregrinos como guía o médico, dando a todos consuelo y ayuda. Su figura ha quedado para la posteridad aureolada de gran fama y acompañada de la memoria de favores sin cuento, recogidos en la Vita que está escrita en un antiguo leccionario asturiano y reproducido íntegro en el Acta Sanctorum de los Bolandistas.

No podían faltar los imaginativos –y en este caso hispanos– aditamentos a su figura, que sirven para alegrarla y quizá humanizarla aún más, aunque escapen a la comprobación de la historia.

Dicen que cierto día pidió prestados a un paisano unos bueyes para arrastrar unos troncos; aquel hombre, que no tenía fe y quería reírse de Domingo, le puso como condición que fuera él mismo a recogerlos, pero pensando en ofrecerle unos toros bravos. ¿Sabes que trabajó con ellos toda la jornada como si de verdad fueran bueyes, y que se convirtió aquel desaprensivo campesino?

El más notable de los hechos prodigiosos –incorporado a la iconografía del santo– se cuenta que sucedió con una familia que peregrinaba a Santiago. El relato afirma que se trataba de un matrimonio con su hijo joven. La criada de la posada donde pernoctaban intentó provocar al mozo y obtuvo de él una rotunda negativa. Desairada, puso una copa en las alforjas del chico para tramar su venganza, acusándolo de ladrón. El joven terminó en la horca. A la vuelta de Compostela, los desconsolados padres encontraron vivo al ahorcado, por la intervención de Domingo. Buscaron al juez que era ateo y se disponía a comer, teniendo sobre la mesa una gallina y un gallo. Conocedor del asunto, solo pudo decir que «tan muerto está como estos dos animales». Pero resultó que, a la vista de todos, inmediatamente saltaron ¡vivos! la gallina y el gallo que hasta el momento estaban aderezados. Por eso se pinta a Domingo con gallo, gallina, una horca y, al lado, la soga

viernes, 5 de mayo de 2017

Santo Domingo Savio, patrono de los acólitos y monaguillos.

Santo Domingo Savio nació cerca de Turín el 1842. Sus padres, Carlos y Brígida, eran fieles cristianos, que procuraron buena educación para sus hijos. Era costumbre comulgar más tarde, pero Domingo fue admitido a los siete años dada su buena preparación. Entre los propósitos de aquel día figuran: "Mis amigos, Jesús y María. Antes morir que pecar". Y los cumplió.

A los doce años su padre se lo presentó a Don Bosco. - ¿Para qué puede servir esta tela?, preguntó Savio. - Para hacer un buen traje y regalárselo a Nuestro Señor. - Entendido. Pues yo soy la tela y usted el sastre: hagamos ese traje. Y de este modo entró Domingo en el colegio de Don Bosco, llamado "el Oratorio".

Oyó un día decir a Don Bosco: "Es voluntad de Dios que todos seamos santos. Es fácil hacerse santos, pues nunca falta la ayuda de Dios. Hay grandes premios para quien se". Y Domingo decidió hacerse santo. Don Bosco, su confesor y director, le enseñó que para ser santo no hacen falta grandes penitencias, sino cumplir la voluntad de Dios y servirle con alegría. Para ello es necesario sobrellevar con paciencia las molestias del prójimo, convertir en virtud lo que es necesidad, cumplir alegremente el propio deber y trabajar con ilusión por la salvación de las almas.

Domingo tenía su genio y sus arrebatos, pero aprendió a dominarlos. También pasó por la crisis de la edad. Don Bosco le repetía: "Constante alegría. Cumplimiento de los deberes sin desfallecer. Empeño en la piedad y el estudio. Participar en los recreos, que también pueden santificarse". Y tanto se esforzó éste pequeño apóstol que, según Don Bosco "Savio llevaba más almas al confesonario con sus recreos que los predicadores con sermones".

Era muy amante del canto. Tenía una voz hermosísima. El Papa Pío XII lo nombró patrono y modelo de los Pueri Cantores del mundo entero. Purificaba la intención: cantaba sólo para agradar a Dios. En la clase siempre estaba entre los primeros. También en esto quería dar ejemplo. Sabía que cada minuto de tiempo es un tesoro. Sabía que el tiempo es cielo.

Se desvivía por sus compañeros. Les aconsejaba, les corregía, les consolaba, les reconciliaba, como a dos que se habían desafiado "a muerte". Les socorría. A uno le dio sus guantes, aunque él tenía sabañones. No tenía respetos humanos. Era valiente en la profesión de la fe. No toleraba palabras malsonantes y menos blasfemias. Una vez sus compañeros tenían en sus manos una revista sucia. Se la arrebató y la rompió en mil pedazos.

Practicó una devoción tierna y profunda a la Virgen. A ella entregó su corazón. Vibró con emoción cuando en 1854 Pío IX definió el dogma de la Inmaculada Concepción. Su amor a Jesús Sacramentado era extraordinario. Apenas despertaba, su corazón volaba al sagrario. Le gustaba ayudar a Misa. Parecía un serafín cuando la ayudaba. Hacía frecuentes visitas "al Prisionero del altar". Otro de sus grandes amores era el amor al Papa. El Señor le premió estos amores con gracias y carismas muy especiales.

De repente se presentó una misteriosa enfermedad. Las causas pudieron ser el rápido crecimiento, el esfuerzo en el estudio -pues deseaba ser un santo y sabio sacerdote- y la tensión espiritual, en su afán por la salvación de las almas -otro de los amores de Don Bosco- especialmente en misiones.

Cuando se acercaba la muerte, abrió los ojos y dijo: "¡Qué cosas tan hermosas estoy viendo! ¡La Santísima Virgen viene a llevarme!" y así expiró. Era el 9 de marzo de 1857. Pío XII lo proclamó Santo el año 1954. Sus reliquias se veneran en la Basílica de María Auxiliadora en Turín.

jueves, 4 de mayo de 2017

CRISTO DE MEDINACELI

La venerada Imagen del Cristo de Medinaceli, en Madrid.

La veneración a la milagrosa Imagen de Jesús se remonta a la primera mitad del siglo XVII, cuando los capuchinos de Sevilla encargaron una talla de Jesús para Mármora, en el norte de África, de cuya capellanía se hacían cargo. La plaza cayó en poder de las tropas del rey de Fez, Muley Ismael.

Destruido el fortín, los españoles fueron tomados como rehenes con todas sus pertenencias, entre ellas la imagen de Jesús. Cuando se consiguió liberar a los cautivos, también se pagó por el Cristo. La estatua viajó a Ceuta, de allí a Sevilla y después a Madrid, dónde entró el 21 de agosto de 1682, precedida de una leyenda de hechos prodigiosos y milagros. La imagen se instaló en una capilla propiedad del duque de Medinaceli, bajo la custodia de los monjes trinitarios.

En el siglo XIX, durante la ocupación francesa de España, la talla sufrirá numerosos traslados: a la calle del Desengaño, luego a la de San Martín, después a la de San Sebastián y a distintas comunidades de monjas, hasta que regresó a su primitivo emplazamiento en la capilla del palacio. En agosto de 1927 comenzaron las obras de la basílica actual, que da a las calles Cervantes y Medinaceli, que terminaron en 1930.

No habían acabado sus vicisitudes, pues a punto estuvo la iglesia de ser quemada en 1936: se roció con gasolina, pero los fieles consiguieron impedir la destrucción. Durante la guerra, el templo sirvió de albergue de milicianos. En febrero de 1937, un batallón de Margarita Nelcken encontró en el sótano la imagen buscando tablones para hacer fuego, pero el capitán José Escudero impidió que la destruyeran, hizo salir de allí a las tropas y cerró la puerta con llave. Comunicó el hallazgo a su comandante, Juan Manuel Oliva, y éste a la Junta de Defensa, que mandaba el general Miaja. Comenzaba su ultimo periplo.

La estatua fue considerada como tesoro artístico y reparada de los desperfectos que en ella había hecho la humedad. Por orden de la Junta, el tesoro artístico se traslada a Valencia y tras pasar por los castillos de Figueras y Perelada prosigue su marcha a Francia y finalmente, el 12 de febrero de 1939, a Ginebra, quedando instalado en el palacio de la Sociedad de Naciones.

Terminada la guerra se gestionó el traslado de los tesoros artísticos. Los RR.PP. Capuchinos tenían noticia del paradero de la imagen y a Suiza viajó el padre Laureano, de noventa y siete años. La operación de vuelta fue un éxito. El 14 de mayo de 1939, Jesús Nazareno volvió a entrar triunfalmente en Madrid en medio del fervor popular.

Todos los primeros viernes de mes acuden al besapiés miles de creyente, pero sin duda el primer viernes de marzo es el más concurrido, ya que congrega a varios millones de fieles venidos no solo de Madrid y alrededores si no de toda España. El templo permanece abierto desde algo antes de la medianoche del viernes hasta poco después de la medianoche del sábado.

martes, 2 de mayo de 2017

ROTO


El símil que más se asemeja a mi situación es la típica televisión “que no está rota pero casualmente falla”. Me explico. Todos hemos tenido que, alguna vez en nuestra vida, darle una somera ostia a la televisión. ¿Por qué? Porque estábamos felices viendo ese programa que tanto nos gusta y de repente se fastidia la señal. Así que zasca, toma ostia. No se arregla, le damos otra. ¡Funciona! No hemos tenido que esperar a la tercera para vencer, a la segunda ya va. Aun que en realidad la televisión sigue rota, funciona. Eso es por qué, por dentro, algún cable o alguna de sus múltiples piezas, se ha movido. La tele se ve, pero está rota, con el golpe solo hemos hecho que lo que falla se arregle, momentáneamente, sabemos que volverá a fallar.

Soy una televisión rota. De vez en cuando fallo, me auto-ostio, y funciono. Pero sigo estando roto. En verano me suele suceder, la parte en la que merezco el golpe. Estar en el pueblo lejos de mis apoyos principales hace que mi estado de ánimo sea una montaña rusa, subo y bajo, mi familia me aguanta y se atraganta conmigo. Todo esto hace que la señal se vea mal, es esos momentos en que, por mucho que golpees, no va, la apagas y, a los días vuelve a funcionar.

¿Por qué estoy roto? ¿Cuál es la parte que falla de mí? No lo sé, y que intente evitar que los demás noten mi ruptura no me ayuda, pero soy así. Estoy roto y así seguiré hasta que me arregle de nuevo, momentáneamente. Hay algo mal en mí, quizás debería llamar a un técnico que me ayude a no volver a romperme nunca más y a no estar roto internamente, pero oye, a mi orgullo no le da la gana. Ya se me pasará, perdón por si me da por alejarme de la realidad estos días, cuando no funciono, la vida me da fatiga, y la fatiga es muy mal.

Fuente: Hablando de vivir.

QUICUMQUE

SÍMBOLO DE SAN ATANASIO, CONFESIÓN DE FE TRINITARIA.
El Símbolo Quicúmque (o Símbolo Atanasiano) es una profesión de fe (como el Credo de Nicea, el Credo de los Apóstoles y la Profesión del Concilio de Trento), que fue redactado por San Atanasio el Grande, Arzobispo de Alejandría. A pesar de no haber sido redactado por ningún concilio ecuménico, «de hecho, este símbolo alcanzó tanta autoridad en la Iglesia, tanto occidental como oriental, que entró en el uso litúrgico y ha de tenerse por verdadera definición de fe». Recibe el nombre de Quicúmque por la palabra con la que comienza.
Escrito en Latín, el Quicúmque es un resumen didáctico de la doctrina cristiana y se centra especialmente en el dogma de la Santísima Trinidad. Gozó de gran autoridad en la Iglesia Católica Romana (que llegó a ser citado en el Concilio de Florencia) y su uso se extendió rápidamente a todos los ritos de Occidente. Está preceptuado rezarlo (para cuantos tienen por devoción o están obligados a recitar el Divino Oficio) en la Hora prima del Oficio de los Domingos posteriores a Epifanía y Pentecostés, en especial en la Solemnidad de la Santísima Trinidad, como signo de adoración y alabanza a la Trinidad Beatísima, y como protesta perpetua contra los herejes que niegan o mutilan el Dogma de la Trinidad.
  
Santa Teresa de Ávila nos cuenta en su autobiografía cómo meditando este símbolo recibió gracias especiales para penetrar en este inefable misterio:
“Estando una vez rezando el Quicúmque vult -escribe la santa-, se me dio a entender la manera de cómo era un solo Dios y tres personas tan claramente, que yo me espanté y me consolé mucho. Hízome tan grandísimo provecho para conocer más la grandeza de Dios y sus maravillas…”

SÍMBOLO DE SAN ATANASIO (Quicúmque vult)
    
LATÍN y ESPAÑOL
   
† In nómine Patris, et Fílii, et Spíritus Sancti. Amen.
  
Antíphona: Glória tibi, Trínitas æquális, una Déitas, et ante ómnia sǽcula, et nunc, et in perpétuum. (T. P. Allelúja).
Quicúmque vult salvus esse, ante ómnia opus est, ut téneat Cathólicam fidem:
Quam nisi quisque íntegram inviolátamque serváverit, absque dúbio in ætérnum períbit. 
Fides autem Cathólica hæc est: ut unum Deum in Trinitáte, et Trinitátem in unitáte venerémur. 
Neque confundéntes persónas, neque substántiam separántes. 
Alia est enim persóna Patris, ália Fílii, ália Spíritus Sancti. 
Sed Patris, et Fílii, et Spíritus Sancti una est divínitas, æquális glória, coætérna majéstas. 
Qualis Pater, talis Fílius, talis Spíritus Sanctus. 
Increátus Pater, increátus Fílius, increátus Spíritus Sanctus. 
Imménsus Pater, imménsus Fílius, imménsus Spíritus Sanctus. 
Ætérnus Pater, ætérnus Fílius, ætérnus Spíritus Sanctus. 
Et tamen non tres ætérni, sed unus Ætérnus. 
Sicut non tres increáti, nec tres imménsi, sed unus Increátus et unus Imménsus. 
Simíliter omnípotens Pater, omnípotens Fílius, omnípotens Spíritus Sanctus. 
Et tamen non tres omnipoténtes, sed unus Omnípotens. 
Ita Deus Pater, Deus Fílius, Deus Spíritus Sanctus. 
Et tamen non tres Dii, sed unus est Deus. 
Ita Dóminus Pater, Dóminus Fílius, Dóminus Spíritus Sanctus. 
Et tamen non tres Dómini: sed unus est Dóminus. 
Quia, sicut singillátim unamquámque persónam Deum ac Dóminum confitéri Christiána veritáte compéllimur: ita tres Déos aut Dóminos dícere Cathólica religióne prohibémur. 
Pater a nullo est factus: nec creátus, nec génitus. 
Fílius a Patre solo est: non factus, nec creátus, sed génitus. 
Spíritus Sanctus a Patre et Fílio: non factus, nec creátus, nec génitus, sed procédens. 
Unus ergo Pater, non tres Patres: unus Fílius, non tres Fílii: unus Spíritus Sanctus, non tres Spíritus Sancti. 
Et in hac Trinitáte nihil prius aut postérius, nihil majus aut minus: sed totæ tres persónæ coætérnæ sibi sunt et coæquáles. 
Ita ut per ómnia, sicut jam supra díctum est, et únitas in Trinitáte, et Trínitas in unitáte veneránda sit. 
Qui vult ergo salvus esse, ita de Trinitáte séntiat. 
Sed necessárium est ad ætérnam salútem, ut Incarnatiónem quoque Dómini nostri Jesu Christi fidéliter credat. 
Est ergo fides recta ut credámus et confiteámur quia Dóminus noster Jesus Christus, Dei Fílius, Deus et homo est. 
Deus est ex substántia Patris ante sǽcula génitus: et homo est ex substántia matris in sǽculo natus. 
Perféctus Deus, perféctus homo: ex ánima rationáli et humána carne subsístens. 
Equális Patri secúndum divinitátem: minor Patre secúndum humanitátem. 
Qui, licet Deus sit et homo, non duo tamen, sed unus est Christus. 
Unus autem non conversióne divinitátis in carnem: sed assumptióne humanitátis in Deum. 
Unus omníno, non confusióne substántiæ: sed unitáte persónæ. 
Nam sicut ánima rationális et caro unus est homo: ita Deus et homo unus est Christus. 
Qui passus est pro salúte nostra: descéndit ad Ínferos: tértia die resurréxit a mórtuis. 
Ascéndit ad Cælos, sedet ad déxteram Dei Patris omnipoténtis: inde ventúrus est judicáre vivos et mórtuos. 
Ad cujus advéntum omnes hómines resúrgere habént cum corpóribus suis: et redditúri sunt de factis própriis ratiónem. 
Et qui bona egérunt, ibunt in vitam ætérnam: qui vero mala, in ígnem ætérnum. 
Hæc est fides Cathólica, quam nisi quisque fidéliter firmitérque credíderit, salvus esse non póterit.
    
Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, et in sǽcula sæculórum. Amen. 
   

TRADUCCIÓN
   
† En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
   
Antífona. Gloria a ti, Trinidad igual, única Deidad, antes de los siglos, y ahora, y siempre. (T. P. Aleluya).
Todo el que quiera salvarse, es preciso ante todo que profese la Fe Católica:
Pues quien no la observe integra y sin tacha, sin duda alguna perecerá eternamente. 
Y ésta es la Fe Católica: que veneremos a un solo Dios en la Trinidad santísima y a la Trinidad en la unidad. 
Sin confundir las personas, ni separar la sustancia. 
Porque una es la persona del Padre, otra la del Hijo y otra la del Espíritu Santo. 
Pero el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son una sola divinidad, les corresponde igual gloria y majestad eterna. 
Cual es el Padre, tal es el Hijo, tal el Espíritu Santo. 
Increado el Padre, increado el Hijo, increado el Espíritu Santo. 
Inmenso el Padre, inmenso el Hijo, inmenso el Espíritu Santo. 
Eterno el Padre, eterno el Hijo, eterno el Espíritu Santo. 
Y, sin embargo, no son tres eternos, sino un solo Eterno. 
De la misma manera, no tres increados, ni tres inmensos, sino un Increado y un Inmenso. 
Igualmente, omnipotente el Padre, omnipotente el Hijo, omnipotente el Espíritu Santo. 
Y, sin embargo, no tres omnipotentes, sino un Omnipotente. 
Del mismo modo, el Padre es Dios, el Hijo es Dios, el Espíritu Santo es Dios. 
Y, sin embargo, no son tres Dioses, sino un solo Dios. 
Así, el Padre es Señor, el Hijo es Señor, el Espíritu Santo es Señor. 
Y, sin embargo, no son tres Señores, sino un solo Señor. 
Porque así como la verdad cristiana nos obliga a creer que cada Persona es Dios y Señor, la religión Católica nos prohíbe que hablemos de tres Dioses o Señores. 
El Padre no ha sido hecho por nadie, ni creado, ni engendrado. 
El Hijo procede solamente del Padre, no hecho, ni creado, sino engendrado. 
El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, no hecho, ni creado, ni engendrado, sino procedente. 
Por tanto hay un solo Padre, no tres Padres; un Hijo, no tres Hijos; un Espíritu Santo, no tres Espíritus Santos. 
Y en esta Trinidad nada hay anterior o posterior, nada mayor o menor: pues las tres personas son coeternas e iguales entre sí. 
De tal manera que, como ya se ha dicho antes, hemos de venerar la unidad en la Trinidad y la Trinidad en la unidad. 
Por tanto, quien quiera salvarse, es necesario que crea estas cosas sobre la Trinidad. 
Pero para alcanzar la salvación eterna es preciso también creer firmemente en la encarnación de nuestro Señor Jesucristo. 
La fe verdadera consiste en que creamos y confesemos que nuestro Señor Jesucristo, Hijo de Dios, es Dios y Hombre. 
Es Dios, engendrado de la misma sustancia que el Padre, antes del tiempo; y hombre, engendrado de la sustancia de su Madre santísima en el tiempo. 
Perfecto Dios y perfecto hombre: que subsiste con alma racional y carne humana. 
Es igual al Padre según la divinidad; menor que el Padre según la humanidad. 
El cual, aunque es Dios y hombre, no son dos Cristos, sino un solo Cristo. 
Uno, no por conversión de la divinidad en cuerpo, sino por asunción de la humanidad en Dios. 
Uno absolutamente, no por confusión de sustancia, sino en la unidad de la persona. 
Pues como el alma racional y el cuerpo forman un hombre; así, Cristo es uno, siendo Dios y hombre. 
Que padeció por nuestra salvación: descendió a los Infiernos y al tercer día resucitó de entre los muertos. 
Subió a los Cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre todopoderoso: desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. 
Y cuando venga, todos los hombres resucitarán con sus cuerpos, y cada uno rendirá cuentas de sus propios hechos. 
Y los que hicieron el bien gozarán de vida eterna, pero los que hicieron el mal irán al fuego eterno. 
Esta es la Fe Católica, y quien no la crea fiel y firmemente no se podrá salvar.
    
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.