Oh, Dios te ofrecemos alabanza y bendición, por las dulces tareas de la maternidad en la vida humana. Te bendecimos por nuestras propias madres que construyeron nuestras vidas con su ejemplo; que nos trajeron al mundo con dolor y nos amaron más por ello; que nos alimentaron con su seno y que nos arrullaron para dormir en la suave seguridad de sus brazos.
Te damos gracias por su amor que no se cansa nunca, por sus oraciones sin palabras, por la agonía con que nos siguieron a través de nuestros pecados y porque nos hicieron volver al buen camino con el poder de sacrificio y redención que recibieron de Ti. Te rogamos que nos perdones si en nuestro egoísmo aceptamos su amor como nuestro derecho sin devolverles la ternura que ellas nos piden como única recompensa.
Y sí poseemos aún el gran tesoro que es la vida de nuestras madres, concédenos que la cuidemos en su ancianidad en la misma forma en que ellas cuidaron de nosotros cuando éramos débiles.
Amen