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viernes, 23 de junio de 2017

SAGRADO CORAZÓN DE JESUS

Solemnidad del Sagrado Corazon de Jesus.  (SERVICIO BIBLICO LATINOAMERICANO)

No se sabe de algún arqueólogo que haya descubierto, grabado en piedra allá por los comienzos del mundo, la figura de un corazón atravesado por una flecha. Los hombres primitivos debieron manifestar con otros signos ese sentimiento colosal y único que se llama enamoramiento. Pero en nuestra cultura, ya como seres erguidos y absolutamente pensantes, el signo de un corazón viene a ser como el desquite de la naturaleza humana ante un mundo cada vez más mecanizado. ¿Por qué la Iglesia no iba a señalar también en el corazón su propio signo de ternura para manifestar el amor de Dios a la humanidad? Es necesario ahora más que nunca en esta sociedad de máquinas y robots. Tenemos un mundo huérfano de cariño. Muchas veces también una Iglesia demasiado acartonada y rígida, como avergonzada de haber sido convocada nada más que por el amor. Porque eso es lo que representa el Corazón de Jesús: el amor derramado, regalado, comprometido con esta humanidad arisca, un amor dispuesto al sacrificio con tal de producir vida. Poco favor nos hacen esas figuras dulzonas del Corazón de Jesús y algunas devociones erráticas que buscan conjugar las matemáticas con la fe: nueve viernes, siete sábados, tres Avemarías...

El Corazón de Jesús nos muestra un amor inclaudicable por las causas del ser humano: por su valoración, su dignidad y su vida. Amor que llega hasta la cruz. Amor que no cuenta números sino que se entrega sin condiciones. Amor eficaz porque contagia vida.
SERVICIO BIBLICO LATINOAMERICANO

domingo, 23 de abril de 2017

CORONILLA DE LA DIVINA MISERICORDIA

“LA CORONILLA DE LA DIVINA
 MISERICORDIA”.
(Se reza todos los días a las tres de la tarde y se utiliza un rosario)

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

REZAR: Padre Nuestro, Ave Marìa y Credo.

EN LAS CUENTAS DEL PADRE NUESTRO, SE DICE:
Padre eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero.

EN LAS CUENTAS DEL AVE MARÍA, SE DICE:
Por su dolorosa pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

AL FINAL DE LOS MISTERIOS, SE DICE:
Santo Dios, Santo fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero. (3 veces)

ORACION.
!Dios eterno! Cuya misericordia es infinita y en quien el Tesoro de la compasión es inagotable, míranos bondadosamente y auméntanos tu misericordia, con el fin de que, en los momentos difíciles ni nos desesperemos ni nos desalentemos, sino que, con máxima confianza, nos sometamos a tu santa voluntad, que es el amor y la  misericordia misma. Amén.

ORACION.
Expiraste, Jesús, pero la fuente de la vida brotó para las almas y se abrió el mar de misericordia para el mundo entero. Oh fuente de vida, insondable misericordia de Dios, abarca el mundo entero y derrámate sobre nosotros.

ORACION FINAL.
Oh sangre y agua que brotaste del Corazón de Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en Ti Confío. Amén.
Jesus, en ti confio.

domingo, 9 de abril de 2017

Qué es la Salvación?

Dios sabía que la humanidad pecaría y necesitaría ser reconciliada con Él. En el centro del plan de Dios para reconciliar a la humanidad pecadora con Él mismo está el mediador Jesucristo (ver 1 Timoteo 2:5-6). 
La palabra Salvación se define como“liberación del poder y efectos del pecado”. Todos hemos pecado (ver Romanos 3:23) pero no podemos salvarnos a nosotros mismos porque sólo una persona sin pecado puede salvar a un pecador. La Biblia nos dice que Jesucristo murió por los pecadores (ver 1 Timoteo 1:15 y Romanos 5:6-8) Provisión para la salvación Ciertas condiciones eran necesarias para que la salvación estuviese disponible para la humanidad: La muerte de Jesucristo; la resurrección de Cristo (ver 1 orintios 15:3-4); la ascensión de Cristo (Marcos 16:19); y la exaltación de Cristo (Hechos 2:33; 1 Pedro 3:22; Hebreos 1:3).

El proceso de la Salvación: El papel De Dios.
En la parte divina de la salvación, Dios, en su soberanía actúa para asegurar la salvación para todos los pecadores, a través de:
Elección: Por Gracia Dios escogió la salvación en Cristo para aquellos que Él sabía que lo aceptarían (ver Efesios 1:4-5) El apóstol Pablo dijo: Porque a los antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos” (Romanos 8:29)

Regeneración: Dios nos vivifica en Cristo, permitiéndonos experimentar un nuevo nacimiento (ver Juan 3:33) Sin un nuevo
nacimiento estamos “muertos en delitos y pecados” (Efesios 2:1)

Justificación: Cuando Dios nos justifica nos declara inocentes delante de Él y abona toda la justicia de Cristo en nuestra cuenta. La justificación representa tanto el perdón de nuestros pecados como la justicia que Él nos da (ver Romanos 3:28, 5:1)

Adopción: Adopción quiere decir “Colocar a un hijo”. Dios nos da los derechos completos de la herencia en Su familia como si hubiésemos nacido en ella (ver Gálatas 4:4-5, Efesios 1:5). Porque somos hijos de Dios podemos llamarle Abba Padre , es decir “Papito” (Romanos 8:15). Como hijos de Dios podemos tener la confianza de que nos entiende, nos cuida y nos bendice.

Santificación: Cuando nos hacemos cristianos Dios nos santifica, es decir, nos separa o nos aparta para Él, en posición y práctica, esto de manera permanente. (1 Corintios 6:11, 2 Tesalonicenses 2:13). Por medio de la santificación nos volvemos más y más como Jesús por la obra del Espíritu Santo.

El proceso de la Salvación: El papel de la humanidad
Así como hay una parte divina en la salvación, también hay un lado humano que se manifiesta por medio del “libre albedrío”:
La fe y el creer : Reconocer a Jesucristo, no sólo con nuestra cabeza, sino también con el corazón (ver Juan 3:18; 5:24; 6:47; Romanos 10:9). La fe es una confianza firme, involucra nuestro intelecto, emociones y voluntad propia (ver Marcos 4:16-17; Romanos 10:9, 17; Efesios 2:8-9; Hebreos 11:1, 6)

Aceptación: El creer en Jesucristo y una fe verdadera nos llevan a aceptar y confesar a Jesucristo como Señor (ver Romanos 10:9-10). El apóstol Juan confirma esto cuando escribe “Mas a todos los que le recibieron, los que creen en su nombre, les dio la potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12)

Arrepentimiento: Esto es un sincero y completo cambio de mente y corazón frente al pecado (ver Salmo 51:3; 2 Pedro 3:9). No sólo debemos dejar nuestro pecado, sino que también debemos regresar a Dios (ver Hechos 3:19; 26:18; 1 Tesalonicenses 1:9)

El resultado de la salvación
Dios nos creó y Cristo nos compró para que podamos conocerle, caminar con Él y glorificarle (ver Efesios 1:11-12). También quiere que llevemos mucho fruto (ver Juan 15:8; 13:34-35) mientras invertimos nuestra vida en su servicio (ver Mateo 16:24-26; Gálatas 6:10)
Llevamos fruto ganando a otros para Cristo y ayudándoles a crecer espiritualmente (ver Romanos 1:13; Proverbios 11:30); compartiendo nuestras bendiciones con otros (ver Filipenses 4:17); adorando y agradeciendo a Dios (Hebreos 13:15) y por medio de nuestra conducta y carácter, viviendo vidas transformadas (Gálatas 5:22)

Algunas personas creen que porque han orado “para recibir a Cristo” pueden vivir como mejor les plazca, pero la salvación se manifiesta a través de una vida transformada (2 Coritntios 5:17) y motiva a los creyentes a seguir el propósito de Dios para sus vidas.