Señor Jesucristo, Palabra eterna del Padre y verdadero hombre, te adoramos. Sé Tú para nosotros siempre el misterio viviente de nuestra fe y de nuestra vida fundado en esta fe: Eterno Sumo Sacerdote y Sacrificio perpetuo, sé Tú mismo nuestra adoración del Padre en espíritu y en verdad. En Ti y contigo sea nuestra vida un servicio al Dios Infinito, Tú, sacramento de servicio a la Majestad Divina.
Vida del hombre, fuente de gracia, sé Tú mismo la vida de nuestra alma, la vida que nos hace participar en la vida de la Trinidad. En TI participamos en tu vida, Sacramento de vida sobrenatural de nuestras almas.
Redentor de nuestros pecados, vencedor misericordioso de nuestros pecados y de nuestras debilidades. Vivamos en Ti para que tu vigoroso amor obre eficazmente en nosotros, el amor, el único que puede vencer todo pecado ahora y siempre. Por TI y en Ti, guárdanos de todo pecado, Sacramento de la victoria sobre el pecado.
Lazo de amor, símbolo de concordia. Hazme estar unido a Ti con todos los que Tú me has mandado amar. Haz que todos nosotros pertenezcamos a Ti cada vez más. De este modo estaremos todos siempre más unidos con el amor por Ti, Sacramento del verdadero amor y de la verdadera comunidad.
Vencedor en el sufrimiento, Salvador crucificado. En Ti queremos sobrellevar las horas difíciles. Lo que nos acontece, que lo soportemos como participación en tu destino para que sea para nosotros camino hacia la luz pascual, por Ti, Sacramento de comunidad de dolor entre Ti y nosotros.
Señor de eterna majestad. Que siempre miremos con fe y valentía hacia la eterna vida. Cuando te recibamos, que tu Cuerpo sea prenda de la eterna gloria. Sacramento de vida eterna, haz que se cumpla el último deseo de nuestro corazón: adorarte en la visión beatífica, a Ti con el Padre y el Espíritu Santo eternamente. Amén.
K. Rhaner