martes, 25 de abril de 2017

EL ROSARIO CARTUJO.

¿Qué es el rosario cartujo y cómo se lo reza?

Cómo rezar el rosario cartujo.

El rosario cartujo no está dividido en cinco misterios (el rezo de los cuales difiere según los días), sino que cada Ave Maria está consagrado a un misterio particular de la vida de Cristo; y el Padre Nuestro (al que se le puede anteponer el Gloria), simplemente se inserta en la serie de 50 salutaciones a fin de otorgarle a la oración su culminación trinitaria y doxológica.    

Sin embargo, la persona que lo reza es siempre libre de detenerse en un misterio en particular según lo quiera y de repetirlo tantas veces como lo desee; incluso puede añadir otros misterios de la vida de Cristo o cambiar el texto de las cláusulas según su devoción personal. La fórmula es, por lo tanto, mucho más flexible que la del ya conocido rosario dominico. 

Puesto que el objetivo es alcanzar la contemplación, la oración vocal puede suprimirse cuando la misma logra su manifestación, por lo que la persona simplemente ha de permanecer en silencio junto al Señor. Luego, cuando esa gracia profundamente contemplativa pasa, la persona lentamente puede volver a retomar su oración vocal. Finalmente, según el tiempo del que se disponga, no es necesario rezar los cincuenta Ave Mariasino que es posible elegir el número de veces que se puede/quiere hacerlo, teniendo siempre cuidado en dar mayor importancia a la calidad antes que a la cantidad. Diez salutaciones dichas lentamente mientras se medita con atención en uno de los misterios de la vida de Cristo, valen más que una treintena dicha con celeridad. Una vez más: el objetivo primordial es alcanzar la oración propiamente contemplativa. 

He aquí las 50 cláusulas de Domingo de Trèves; 

Dios te salve María, llena eres de gracia. El Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús… [a]

1. a quien, tras el anuncio del ángel, concebiste por el Espíritu Santo.
2. a quien, mientras gestabas, lo llevaste a la montaña para visitar a Isabel.
3. a quien, manteniéndote siempre virgen en cuerpo y alma, engendraste con alegría.
4. en quien adoraste a tu Creador, amamantándolo con tus senos.
5. a quien envolviste en pañales y recostaste en un pesebre.
6. a quien los ángeles celebraron cantando el Gloria in excelsis y los pastores visitaron en Belén. 
7. quien fue circuncidado el octavo día y recibió el nombre de Jesús.
8. a quien los magos le ofrecieron tres [tipos de] presentes y lo adoraron.
9. a quien en tus brazos maternales llevaste al templo y lo presentaste ante Dios, su padre.
10. a quien el viejo Simeón bendijo en brazos y la santa viuda Ana reconoció.
11. con quien huiste a Egipto a causa de Herodes.
12. con quien regresaste siete años después a tu tierra, tras ser advertida por el ángel.
13. a quien perdiste en Jerusalén cuando tenía doce años y con angustia hallaste en el templo tres días después.
14. quien cada día crecía en edad, en gracia y sabiduría delante de Dios y de los hombres. 
15. a quien Juan bautizó en el Jordán y luego señaló con su dedo como el “Cordero de Dios”.
16. quien ayunó durante cuarenta días en el desierto y venció ahí tres veces a las tentaciones de Satán.
17. quien después de reunir a sus discípulos predicó el reino de Dios a todo el  mundo.
18. quien abrió los ojos a los ciegos, curó a los leprosos, levantó a los paralíticos y liberó a todos los que eran oprimidos por el Diablo.
19. cuyos pies María Magdalena lavó con sus lágrimas, secó con sus cabellos, los besó y luego los ungió.
20. quien resucitó a Lázaro al cuarto día, y también a otros difuntos.
21. quien el Domingo de Ramos, y sentado sobre un asno, fue recibido con gloria por el pueblo.
22. quien en la última cena instituyó el venerable sacramento de su cuerpo y de su sangre.
23. quien fue al huerto con sus discípulos y tras orar profundamente sudó sangre.
24. quien yendo al encuentro de sus enemigos, se entregó voluntariamente en sus manos.
25. a quien los enviados de los judíos sujetaron fuertemente y llevaron prisionero ante los sumos sacerdotes.
26. a quien acusaron falsamente, vendaron, escupieron y golpearon abundantemente.
27. quien delante de Pilatos y Caifás fue condenado a morir en la cruz como un criminal.
28. quien por orden de Pilatos fue despojado de sus vestidos y cruelmente flagelado.
29. a quien los soldados coronaron de espinas, revistieron con un manto púrpura y adoraron burlonamente.
30. a quien condenaron con una muerte vergonzosamente injusta y elevaron junto a dos ladrones.
31. cuyas manos y pies fueron clavados en la cruz y luego le ofrecieron vinagre mezclado con hiel.
32. quien oró por quienes lo crucificaron diciendo: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”.
33. quien le dijo al ladrón de su derecha: “En verdad te digo, hoy estarás conmigo en el paraíso”.
34. quien le dijo a su santísima Madre: “Madre, he ahí tu hijo”; y a Juan: “He ahí tu Madre”.
35. quien exclamó: ¡Eli, Eli, ¿lama sabactani?!
36. quien dijo: “Todo está consumado”.
37. quien finalmente dijo: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”.
38. quien sufrió una tormentosa y sagrada muerte por nosotros, miserables pecadores.
39. cuyo costado fue traspasado por una lanza, y manó agua y sangre para el perdón de nuestros pecados.
40. cuyo sagrado cuerpo fue bajado de la cruz y depositado sin vida sobre tu seno, según el piadoso testimonio.
41. quien fue perfumado con aceites por hombres justos y santos, y envuelto en lienzos para ser enterrado. 
42. cuyo sepulcro fue bien sellado por los judíos y sobre el cual pusieron guardia.
43. cuya sacratísima alma descendió a los infiernos para consolar a los santos patriarcas y llevarlos al paraíso. 
44. quien resucitó al tercer día y te colmó a ti de un gozo inefable.
45. quien después de su resurrección se apareció a sus discípulos y fieles para fortalecerlos en la santa fe.
46. quien en tu presencia y  la de los fieles, subió al cielo y se sentó a la derecha del Padre.
47. quien el día de Pentecostés envió sobre sus discípulos el Espíritu Santo, según había prometido.
48. quien finalmente te llamó hacia sí a ti, su muy dulce Madre, situándote a su derecha y coronándote de gloria.
49. quien invita a los suyos y a los tuyos, a que después de esta miserable vida –y por tu intercesión- nos situemos en el reino de su Padre.
50. quien con el Padre y el Espíritu Santo -y contigo, su muy santísima Madre-, reina siempre invencible y glorioso por los siglos de los siglos. 

Después de la visión de Adolfo de Essen,   se estableció la costumbre de realizar un Aleluya tras cada cláusula. Todos los misterios de la vida de Cristo, incluyendo los de su pasión, se convirtieron así en acción de gracias y alabanza a Dios por todo el amor que nos revela y ofrece a través de ellos. Y este aire de gozo que recorre todo el rosario es una bella reminiscencia del himno Akáthistos; es el equivalente de este himno del oriente cristiano.

Domingo de Prusia recomendó, finalmente, una oración mariana para terminar su rosario.

¡Oh, Inmaculada!, siempre bendita y excelsa Virgen María, Madre de Dios; ¡Oh!, Templo de Dios, el más hermoso de todos los templos; ¡Oh!, Puerta del Reino Celestial, por medio de quien el mundo entero ha sido salvado, tiende hacia mí tu misericordiosa escucha y sé mi dulce protectora, pues soy un pobre y miserable pecador; sé mi ayuda en todas mis necesidades. Amén.

lunes, 24 de abril de 2017

El Evangelista Marcos

Según tradición eclesiástica, Marcos, llamado también Juan Marcos o simplemente Juan, es el autor de un evangelio y el intérprete que traducía a Pedro en sus predicaciones frente a auditorios de habla griega. Era hijo de una cierta María, cuya casa de Jerusalén estaba abierta a la primitiva comunidad Cristiana. Primo de Bernabé, probablemente fuera como él de estirpe sacerdotal. Afirma por una parte la tradición que Marcos nunca habría oído personalmente la predicación del Señor, pero por otra muchos han querido descubrirlo en aquel muchacho que huyó desnudo en el huerto de Getsemaní, episodio que sólo el evangelio a él atribuido refiere. Tal vez haya conocido al grupo de seguidores sin llegar a ser propiamente discípulo.

Al comenzar la expansión del evangelio, Pablo y Bernabé salieron de Jerusalén hacia Antioquía llevando con ellos a Marcos; éste los acompañó en sus primeras empresas misionales, a Chipre y Perges, de donde regresó por causas desconocidas.

Bernabé, deseoso de llevar nuevamente a Marcos con ellos cuando el apóstol planeaba su segundo viaje, encontró la oposición de Pablo, que partió solo. Marcos siguió, pues, a Bernabé una vez más hasta Chipre. Sin embargo, Marcos reaparece junto a Pablo en Roma, pero es creencia que fue más bien discípulo de Pedro, quien confirma esta suposición al llamarlo "hijo" suyo en su primera carta. El evangelio que se le atribuye, además, sigue muy de cerca el esquema de los discursos de Pedro que nos ha conservado el libro de los Hechos de los Apóstoles.

Nada sabemos de su existencia posterior. La segunda carta a Timoteo lo señala entre los compañeros de este discípulo de Pablo; conforme a un dato que recoge el historiador Eusebio de Cesarea (a comienzos del siglo IV), la Iglesia de Alejandría lo habría tenido por fundador. Sus últimos años y el lugar de su muerte nos son desconocidos.

San Marcos Evangelista
El breve relato que lleva su nombre descubre un espíritu observador y ágil. Sólo Marcos, por ejemplo, destaca el verdor de la hierba sobre la que Jesús hizo sentar a la muchedumbre hambrienta antes de multiplicar los panes y los pescados por primera vez.

Las grandes líneas de su evangelio, en tanto, trasuntan una profunda credibilidad histórica y demuestran singular valor teológico. Marcos comienza por presentar a Jesús bien recibido por la gente, pero pronto su humilde mesianismo, tan alejado de las reivindicatorias expectativas populares de los judíos, ocasiona la decepción de la masa; apagado el entusiasmo primerizo, el Señor se retira de Galilea para dedicarse de lleno a la instrucción de los discípulos, quienes por boca de Pedro confiesan la divinidad de su Maestro. A partir de este reconocimiento de Cesarea, todo el relato se orienta a Jerusalén; en la ciudad santa, finalmente, la oposición crece y culmina en el juicio inicuo y la pasión, que alcanza su victoriosa respuesta cuando Cristo abandona su tumba, de acuerdo con lo que había profetizado de si mismo.

El secreto mesiánico, del que Marcos hace un tema central, da así todo su fruto: Jesús, siervo humillado por la maldad y la ignorancia de los hombres que él había venido a rescatar, es exaltado por Dios, como ha de serlo todo el que a él se una de corazón y lo siga en el camino, el único que permite comprender esa "Buena Noticia de Jesús, Mesías, Hijo de Dios" que Marcos nos ha trasmitido en un lenguaje popular, muchas veces incorrecto en la forma, pero vivaz y lleno de encanto.

(fuente: www.churchforum.org)

domingo, 23 de abril de 2017

CORONILLA DE LA DIVINA MISERICORDIA

“LA CORONILLA DE LA DIVINA
 MISERICORDIA”.
(Se reza todos los días a las tres de la tarde y se utiliza un rosario)

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

REZAR: Padre Nuestro, Ave Marìa y Credo.

EN LAS CUENTAS DEL PADRE NUESTRO, SE DICE:
Padre eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero.

EN LAS CUENTAS DEL AVE MARÍA, SE DICE:
Por su dolorosa pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

AL FINAL DE LOS MISTERIOS, SE DICE:
Santo Dios, Santo fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero. (3 veces)

ORACION.
!Dios eterno! Cuya misericordia es infinita y en quien el Tesoro de la compasión es inagotable, míranos bondadosamente y auméntanos tu misericordia, con el fin de que, en los momentos difíciles ni nos desesperemos ni nos desalentemos, sino que, con máxima confianza, nos sometamos a tu santa voluntad, que es el amor y la  misericordia misma. Amén.

ORACION.
Expiraste, Jesús, pero la fuente de la vida brotó para las almas y se abrió el mar de misericordia para el mundo entero. Oh fuente de vida, insondable misericordia de Dios, abarca el mundo entero y derrámate sobre nosotros.

ORACION FINAL.
Oh sangre y agua que brotaste del Corazón de Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en Ti Confío. Amén.
Jesus, en ti confio.

Santa María Faustina Kowalska

Efectivamente, Dios no pudo escoger a una mejor secretaria para la gran misión de proclamar al mundo su mayor atributo: Su infinita Misericordia.

Dios escogió a la joven Elena Kowlaska, después llamada ‘Faustina’ en su profesión religiosa; una sencilla chica de campo, la tercera de diez hermanos. Su vida fue aparentemente ordinaria, y nadie podía imaginar la extraordinaria profundidad de su unión con Dios.

El nombre de “Faustina” significa “feliz”, y ciertamente nuestra querida Santa fue una mujer profundamente feliz, a pesar de las innumerables pruebas. Sor Faustina  lo ofreció todo siempre por la conversión de los pecadores, especialmente por aquellos que perdieron la fe en la Misericordia De Dios.

SAN JORGE DE CAPADOCIA

El Megalomártir, el Gran Mártir, le llaman los griegos. El defensor de la Iglesia, el portaestandarte de la fe, el defensor de los perseguidos e inocentes, el patrón de varias regiones y ciudades españolas. Todo esto es el glorioso mártir que hoy celebramos.

Poco es lo que los críticos historiadores nos narran de él. Bastante más ricas han sido las leyendas qué nos cuentan maravillas y milagros de su recia personalidad, desenmascarando al emperador y defendiendo a la joven inocente del terrible dragón que asolaba la ciudad.

Recorriendo los museos de oriente y países eslavos, queda el turista maravillado al contemplar cómo San Jorge ha sido uno de los temas, por no decir el tema, más llevado a los lienzos de aquellos países, lo que indica el fervor popular que siempre han sentido hacia él.

Parece que nació en Palestina, en la ciudad de Lydda o en Mitilene, allá por el año 280. Sus padres parece eran fervorosos cristianos y emparentados con la alta aristocracia del país. Era un joven bien plantado: alto, elegante, fuerte, simpático. Abrazó la carrera más noble de aquellos tiempos, la militar. El esperaba llegar a ser un ilustre militar bajo las órdenes de los emperadores romanos. 

Todo le sonreía. Hasta que un día, allá en los inicios del siglo IV llegó a Nicomedia el terriblemente duro emperador Diocleciano con la satánica idea de hacer desaparecer a la secta de los cristianos que se extendía de día en día por todo el vasto imperio. Dictó leyes terriblemente duras contra los seguidores de Jesús de Nazaret. El último edicto del emperador ordenaba que, porque habían llegado noticias de que hasta en los cargos más delicados del imperio se habían introducido seguidores de esta secta, había que acabar con ellos. Serían arrojados todos los militares, dignidades y cargos administrativos de cualquier clase que fueren si se podía probar que eran cristianos. Cuantos tuvieran conocimiento de alguno de estos cristianos tenía grave obligación de delatarlo. Este edicto se expuso en calles y plaza

Los historiadores de la época nos refieren que un apuesto soldado en medio de la plaza de la ciudad de Nicomedia arrancó con furia el edicto y, delante de todos los presentes, lo hizo añicos despreciando así la orden del emperador.

Pronto llegó a los oídos de Diocleciano el hecho de este apuesto tribuno llamado Jorge. El emperador convocó a los grandes del reino y les expuso con severas palabras que había que llevar a la práctica y con la más rigurosa observancia lo establecido en este decreto. Cuando le tocó el orden de hablar a Jorge se dirigió con valentía al emperador, y le dijo: «Señor, ni he cumplido ni espero cumplir de ahora en adelante cuanto habéis ordenado por juzgarlo altamente injusto. ¿Por qué abusáis de los pobres y de las vírgenes? ¿Por qué, si hay libertad para adorar a dioses falsos, no debe haberla para adorar al único Dios verdadero?...».

El emperador quedó de piedra. No podía imaginarse cómo se atrevía a hablarle de modo tan enérgico y descarado a él que era el Emperador. Y le dijo: - «¿Te das cuenta, tribuno Jorge, lo que dices? ¿ Sabes que puedo darte la muerte o por lo menos privarte de cuanto tienes?» - «No me importa nada todo esto. Mi vida es de Cristo, mi Dios y Señor, y Él me ayudará... hasta que llegue a poseerle en el cielo a donde espero ir...».

El emperador dictó que le atormentasen con toda clase de los más refinados instrumentos para hacerle claudicar de su fe. Pero por más que le hicieron sufrir, la fe crecía y el valor aumentaba en el tribuno Jorge, siendo la admiración de cuantos le contemplaban. Por fin viendo que ninguno de aquellos tormentos acababan con él, descargó el verdugo el golpe de gracia cortando su cabeza de un hachazo. Jorge será el Patrón de los militares valientes y de cuantos luchen por defender la fe. Era por el 303 cuando recibió la palma del martirio.

En 494 Jorge de Capadocia fue canonizado por el papa Gelasio I, mas lo incluyó junto con «...aquellos cuyos nombres son justamente reverenciados, pero cuyos actos sólo son conocidos por Dios».

Las reliquias de San Jorge son veneradas en la Iglesia Griega de su ciudad natal, hoy llamada Lod, muy cerca de Tel Aviv, en Israel.

viernes, 21 de abril de 2017

DIVINA MISERICORDIA

La devoción a la Divina Misericordia no es nueva, viene de antiguo. Sin embargo, en los últimos años ha arraigado en varios grupos de apostolado en España y en todo el mundo, siguiendo la herencia de Santa Faustina Kowalska.

Este carisma se extiende rápidamente y en él ya han profundizado muchos fieles que quieren seguir los pasos de esta santa polaca.

En 1922, Helena Kowalska, una joven polaca de 18 años, pidió permiso a sus padres para ingresar en un convento, porque se sentía llamada a la vida religiosa. Tras recibir su negativa, Helena fue poco a poco entregándose a una vida de frivolidades. 

Sin embargo, sus aficiones y vanidades no conseguían satisfacer su corazón. Un día de 1924, durante un baile, mientras todos se divertían, sintió una profunda tristeza. Tuvo entonces una de sus primeras visiones de Jesús crucificado que, con el cuerpo cubierto de llagas, le decía: “Helena, hija mía, ¿hasta cuándo me harás sufrir; hasta cuándo me negarás?”.

Al instante, la joven abandonó el baile y se dirigió a la iglesia más cercana, que resultó ser la catedral de San Estanislao de Kostka. Allí pidió al Señor ayuda para saber qué hacer, pidió perdón por sus pecados y escuchó cómo Jesús le decía: “Ve inmediatamente a Varsovia, allí entrarás en un convento”. Así fue como, en agosto de 1925, y no sin dificultades, Helena Kowalska pasó a ser sor Faustina. Posteriormente, describiría en su diario de casi seiscientas páginas, desde 1931 hasta 1938, diversas visiones místicas de Jesús en su Pasión.

Vivió 13 años como religiosa y murió en 1938, a los 33 años, de tuberculosis. Su fama de santidad fue multiplicándose. En 1966, sus restos fueron trasladados a una capilla, sobre la cual, con el tiempo, se construiría el santuario de la Divina Misericordia de Cracovia.

Doce promesas de Jesús.

Esta devoción y el eco de las promesas que Jesús hizo a santa Faustina se universalizaron cuando –siguiendo las indicaciones recogidas en esos escritos–  San Juan Pablo II instituyó la Fiesta de la Divina Misericordia cada primer domingo de Pascua tras el domingo de Resurrección.

La Iglesia ha reconocido la veracidad de las visiones místicas de santa Faustina, incluidas las doce promesas que Jesús le hizo para quien venerase su Divina Misericordia a través de su imagen y rezase la Coronilla en la Hora de la Misericordia (a las tres de la tarde).

Entre esas doce promesas destaca la de que “por la propagación de la Divina Misericordia durante toda su vida, el alma será protegida por Cristo como una madre cariñosa protege a su hijo recién nacido y, a la hora de la muerte, no será para ella Juez, sino Salvador”.

martes, 18 de abril de 2017

María Magdalena

María Magdalena. Su fiesta ya existía antes del siglo X en Oriente, pero en Occidente su culto no se difundió hasta el siglo XII, reuniendo en una sola persona a las tres mujeres (Magdalena, María de Betania y la pecadora) que la Iglesia Ortodoxa consideraban distintas y veneraban en diversas fechas.

Hoy podemos asegurar que María Magdalena, por lo que nos cuenta la Escritura y nos afirma la Liturgia, no fue “pecadora pública”, “adúltera” ni “prostituta”, sino sólo seguidora de Cristo.

En 1969, el Papa Pablo VI retiró del calendario litúrgico el apelativo de “penitente” adjudicado tradicionalmente a María Magdalena; así mismo, desde esa fecha dejaron de emplearse en la liturgia de la festividad de María Magdalena la lectura del evangelio de Lucas (Lc 7:36-50) acerca de la mujer pecadora por el evangelio de Juan  (Jn 20, 1. 11-18) de la aparición del Señor a la Magdalena. Desde entonces, la Iglesia Católica ha dejado de considerar a Maria Magdalena una prostituta arrepentida. Sin embargo, esta visión continúa siendo la predominante para muchos católicos.

MARÍA MAGDALENA: LA “APOSTOLORUM  APOSTOLA”
(APÓSTOLA DE LOS APÓSTOLES)

“Los Evangelios nos dicen que las mujeres, a diferencia de los Doce, no abandonaron a Jesús en la hora de la Pasión” (Mateo 27, 56.61; Marcos 15, 40 ). 
Entre ellas destaca en particular la Magdalena, que no sólo estuvo presente en la Pasión, sino que se convirtió también en la primera testigo y anunciadora del Resucitado ( Juan 20,1.11-18). Precisamente a María de Magdala santo Tomás de Aquino dedica el singular calificativo de “apóstola de los apóstoles” (“apostolorum apostola”), dedicándole un bello comentario: “Así como una mujer había anunciado al primer hombre palabras de muerte, así también una mujer fue la primera en anunciar a los apóstoles palabras de vida”.

domingo, 16 de abril de 2017

REGINA COELI

Benedicto XIV estableció, en 1742, que durante el tiempo Pascual (desde la Resurrección del Señor hasta el día de Pentecostés) se sustituyera el rezo del Ángelus por la antífona "Regina Coeli".

V/. REINA DEL CIELO, ALÉGRATE. ALELUYA.
R/. PORQUE EL SEÑOR A QUIEN MERECISTE LLEVAR EN TU SENO. ALELUYA.

V/. RESUCITÓ, SEGÚN SU PALABRA. ALELUYA.
R/. RUEGA A DIOS POR NOSOTROS. ALELUYA.
V/. ALÉGRATE Y GÓZATE, VIRGEN MARÍA. ALELUYA.
R/. PORQUE VERDADERAMENTE RESUCITÓ EL SEÑOR. ALELUYA.

OREMOS: OH DIOS, QUE POR LA RESURRECCIÓN DE TU HIJO, NUESTRO SEÑOR, TE DIGNASTE REGOCIJAR AL MUNDO; CONCÉDENOS QUE POR SU MADRE, LA VIRGEN MARÍA, ALCANCEMOS LOS GOZOS DE LA VIDA ETERNA. POR EL MISMO CRISTO NUESTRO SEÑOR. AMÉN.

viernes, 14 de abril de 2017

Meditación Viernes Santo

Tanto en el Gólgota como en Getsemaní, Dios experimenta humanamente la ausencia de Dios, el silencio de Dios, y también experimenta esa sed febril y vacía, que en la actualidad, todos nosotros bien conocemos. En el Gólgota como en Getsemaní, entre el Hijo y el Padre, entre Dios y Dios, se eleva algo así como un muro opaco, la angustia del hombre, su soledad, su desesperado orgullo y la sed de aquel que, al mismo tiempo, se aísla y muere. En el Gólgota como en Getsemaní es como si Dios tomara partido a favor del hombre y contra Dios, como si Dios fuera, paradojalmente, ateo.Pero en ese instante, para ti y para mí, para todos nosotros, por poco que se abra nuestro corazón, ese viejo, angustiado y rebelde corazón, la voluntad humana de Jesús se abandona con infinita confianza a la voluntad del Padre. En ese mismo instante, en esa obediencia soberanamente libre, queda al desnudo la tragedia de nuestra libertad. En el Huerto de los Olivos la oración de Jesús se corona con un “tú” lleno de amor, al final de la torturada y sufrida frase que termina por ser totalmente confiada: No lo que yo quiero, sino lo que tú quieres. Y en el Calvario, Jesús crucificado se entrega confiadamente al Padre: Padre, a tus manos entrego mi espíritu. Y terminándolo de decir, expiró.Y todo se revierte. Todo el sufrimiento y toda la desesperación humana, que se interponían entre Dios y Dios, son asumidos y como consumidos en la unidad del Padre y del Hijo: el infierno y la muerte son devorados, como una ridícula gota de odio en la concavidad de fuego de la divinidad. La muerte cambia de signo, se convierte en una etapa de una metamorfosis, las puertas del infierno se hacen trizas y la luz del Tabor allí penetra. Del corazón traspasado de Jesús, brotan el agua y la sangre, transidos por el Espíritu; el agua del bautismo y la sangre de la Eucaristía. Porque son tres los que dan testimonio: el agua, el Espíritu y la sangre, y los tres dan un testimonio unánime.De ahora en más, la Vida, la luz y el Aliento provienen no de un Dios exterior, extraño, como demasiado pleno y demasiado pesado que nos aplastaría, sino de un Dios crucificado, para siempre presente en nuestro infierno interior, en ese espesor asfixiante, de horrores, de angustias en nosotros y entre nosotros, y el infierno se transforma en Iglesia. La luz de la Vida brota de este Dios ahuecado por el amor, para que el otro sea. El Inocente se deja asesinar para ofrecer la vida a los asesinos. Nadie queda excluido, puesto que Dios se nos junta en la peor de las exclusiones. ¡Más bajo y más hondo que nuestra vergüenza y nuestro desespero, no está ya la nada, sino el Crucificado cuyos brazos están siempre abiertos! Para salvarnos de la nada, Dios se anonada en su locura de amor, no perdiendo su divinidad, sino mostrándonos lo que verdaderamente es una locura de amor.Tantas veces estamos tentados de abandonarnos a la desesperación, tantas otras de dejarnos caer en el vacío, disolviéndonos en la nada. Brotan entonces de nuestros labios las palabras del salmo: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? Y él está ahí, más cercano a nosotros que nosotros mismos. Basta que en él, con él y guiados por él susurremos, como niños extraviados: Padre, a tus manos entrego mi espíritu. ¡Y entonces una vida que sube de más allá de nuestra vida-muerta nos invade. El velo del templo se rasga, salimos de nuestras tumbas y entramos en la ciudad, resucitados![2]  
De una meditación para el Viernes Santodel trapense Christian de Chergé,“testigo de la fe”, asesinado en Argelia,junto con sus compañeros monjes

[2] O. Clement, El Crucificado tiene los brazos siempre abiertos, publicado en La Croix del 24 de marzo 1978. Traducido de www.citeaux.fr

jueves, 13 de abril de 2017

Santo Tomás Moro (1478-1535), mártir. Tratado sobre la Pasión

Él los amo hasta el final

      “Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo que le había llegado la hora de pasar de éste mundo al de su Padre, Jesús, habiendo amado los suyos que eran de éste mundo, los amó hasta el final.” … En el Evangelio Juan es llamado sobre todo “el discípulo amado”. Es éste discípulo quien destaca a través de sus palabras cuánto nuestro Salvador que amaba tanto a Juan, era fiel en su amor. 

      Estas palabras son inmediatamente seguidas por la narración de la amarga Pasión de Cristo; empezando por la última Cena. Primero con la humilde ceremonia del lavamiento de pies de Jesús a sus discípulos y luego dando a conocer su traidor. Vienen enseguida la enseñanza de Jesús, su oración, su arresto, su juicio, su flagelación, su crucifixión y toda la dolorosa tragedia de su amarguísima Pasión. 

      Es por esta razón que San Juan nos habla sobre las palabras previamente citadas; para hacernos comprender que Cristo ha llevado a cabo todos sus actos por amor. Jesús demostró muy bien este gran amor a sus discípulos durante la última Cena, afirmándoles que al amarse unos a los otros, seguirían su ejemplo. Pues a aquellos que amaba, los amó hasta el final, y deseaba que hicieran lo mismo. Él no fue inconstante, como tanta gente que ama de manera pasajera; abandonando todo en la primera derrota y pasando de amigos a enemigos como lo hizo Judas el traidor. Jesús, lo preservó en el amor hasta el final, hasta que, y fue precisamente por este amor, que llegó a este doloroso extremo. Y no sólo para aquellos que ya eran sus amigos, sino por sus enemigos, con el fin de hacerlos sus amigos, no para su beneficio sino para el suyo.

miércoles, 12 de abril de 2017

SANTA TERESA DE JESÚS DE LOS ANDES

Santa Teresa de Los Andes (Juanita Fernández Solar), es la primera chilena y la primera Carmelita americana que ha alcanzado el honor de los altares.


Nació en Santiago de Chile el 13 de julio de 1900, en el seno de una familia acomodada muy cristiana. Sus padres fueron Miguel Fernández y Lucía Solar.  Desde sus 6 años, asistía con su madre casi a diario a la santa misa y suspiraba por la Comunión, que recibió por primera vez el 11 de septiembre de 1910. Desde entonces procuraba comulgar diariamente y pasar largo rato en diálogo amistoso con Jesús. También desde su niñez vivió una intensa vida mariana que fue uno de los cimientos fuertes de su vida espiritual. El conocimiento y amor de la Madre de Dios vivificó y sostuvo todos los momentos de su camino en el seguimiento de Cristo.


Hizo sus estudios en el colegio del Sagrado Corazón (1907 - 1918). Profundamente afectiva, se creía incapaz de vivir separada de los suyos. Sin embargo, asumió generosamente la prueba de estudiar en régimen de internado los tres últimos cursos, como entrenamiento para la separación definitiva, que consumaría el 7 de mayo de 1919, ingresando en las Carmelitas Descalzas de Los Andes.


A los 14 años el Señor le habló diciéndole que quería su corazón sólo para Él, dándole también la vocación al carmelo. Dentro de su preparación está la lectura de santos carmelitas y la correspondencia con la Priora de Los Andes. A los 17 años expone su ideal carmelita "sufrir y orar" y con ardor defiende su vida contemplativa, que el mundo "tacha de inútil". Le ilusiona saber que su sacrificio servirá para mejorar y purificar al mundo.


Como Carmelita se llamó Teresa de Jesús, no alcanzando a vivir ni un año entero en el convento. Murió el 12 de abril de 1920. Las religiosas aseguraban que había entrado ya santa. De modo que, en tan corto tiempo, pudo consumar la carrera a la santidad que había iniciado muy en serio mucho antes de su primera comunión.


"Cristo, ese loco de amor, me ha vuelto loca", decía. Y su ilusión y su constante o fue asemejarse a El, configurarse con Cristo.


Por eso, deseando llegar a ser una excelente copia suya, vivió decidida a ir hasta el fin del mundo atravesando el fuego si hubiera sido preciso para serle fiel.


Estaba siempre dispuesta a servir y a sacrificarse por los demás, sobre todo por alegría y felicidad, para hacer amable y atractiva la virtud.


Su vida fue enteramente normal y equilibrada. Alcanzó una envidiable madurez integrando en la más armoniosa síntesis lo divino y lo humano: oración, estudios, deberes hogareños... y deporte, al que era aficionadísima, destacando en la natación y en la equitación.


Como joven bellísima, simpática, deportista, alegre, equilibrada, servicial y responsable, Teresa de Los Andes está en inmejorables condiciones para arrastrar a la juventud en pos de Cristo, y para recordarnos a todos que es preciso cumplir el programa evangélico del amor para realizarnos como personas.


Por su intercesión está derramando el Señor una copiosa lluvia de gracias y favores de toda especie y atrayendo hacia Sí a innumerables hijos pródigos. Su santuario, visitado por más de cien mil peregrinos cada mes, se ha convertido en el centro espiritual de Chile.


Así Teresa de Los Andes viene cumpliendo la misión que ya le fuera reconocida poco después de su muerte: despertar hambre y sed de Dios en nuestro mundo materializado.

Beatificada por Juan Pablo II en Santiago de Chile el 3 de abril de 1987, ha sido solemnemente canonizada por el mismo Sumo Pontífice en Roma el 21 de marzo de 1993.


Oración


Teresa de Los Andes

Que de la mano de María te convertiste 

En una joven enamorada de Jesucristo,

Eres modelo de santidad

Y camino de perfección para la Iglesia.


Tú supiste reír, amar, jugar y servir.

Tú fuiste fuerte para asumir el dolor

Y generosa para amar.


Tú supiste contemplar a Dios

En las cosas sencillas de la vida.


Muéstranos el amor del Padre

Para vivir la amistad con alegría

Y con ternura en la familia.


Ayuda a los débiles y a los tristes

Para que el Espíritu

Los anime en la esperanza.


Intercede por nosotros

Y pide para Chile el amor y la paz.


Teresa de Los Andes,

Hija predilecta de la Iglesia Chilena,

Religiosa del Carmelo,

Amiga de los jóvenes,

servidora de los pobres,

Ruega por nosotros cada día.

Amén.


martes, 11 de abril de 2017

SANTA GEMA GALGANI

La santidad de Gema se asienta sobre este perfecto desprendimiento.
   No vivió para el mundo ni le interesaron las cosas de la tierra más que si estuviera muerta. Nacida en la abundancia y criada en el regalo, cuando de repente se vió en la miseria, no se turbó ni derramó una sola lágrima por ello, antes bendecía al Señor porque la colocaba en el camino de la humildad y el sufrimiento.
   Desde muy joven deseó renunciar al mundo ingresando en una Orden Religiosa. Imposibilitada de llevar al cabo su firme propósito, se consagró a Dios en el mundo por los tres votos religiosos.
   Nunca mostró afición a ese cúmulo de chucherías, como lazos, cuadros, dijes, cadenillas y semejantes bagatelas, a que tan aficionadas suelen mostrarse las jóvenes, aun aquellas que sientan plaza de espirituales.
   Este desprendimiento la llevaba a no preocuparse mayormente de sus vestidos, ni examinar si estaban en conformidad con los cánones de la moda.
   Le regaló en cierta ocasión su hermano una sombrilla de seda; no la quiso usar ni siquiera una vez, dando por razón que si la llevaba todo el mundo se fijaría en ella, lo que le repugnaba en extremo.
   Cuando, estando ya en casa de los señores Giannini, le enviaba su tía de Camaione algunas prendas de vestir nuevas, nunca pudieron conseguir que las usase.
   En cierta ocasión le prometió don Mateo un buen traje como premio de unas lecciones de francés que estaba dando a Eufemia (Madre Gema).
   –– Haré cuanto pueda porque Eufemia salga bien en el examen —respondió al punto—, pero en cuanto al traje renuncio a él desde ahora.
   También doña Cecilia quiso muchas veces hacerle un sombrero, en atención a que el que traía era de colegiala, ya muy pasado de moda y por demás descolorido. Nunca pudo vencer la resistencia de Gema.
   El peinado estaba en relación con el vestido.
   Lo usaba modestamente recogido y formando con todo; una trenza que caía sobre la espalda. Le sugirieron con frecuencia otras formas de peinado, pero siempre fué en vano.
   Superfluo parece decir que no llevaba pendientes, pulseras anillos, cadenillas al cuello, imperdibles de lujo, ni otro objeto de vanidad o adorno.
   Nunca tampoco la oyeron hablar de trajes, ni sufría oír tales conversaciones.
   Muerta para todos cuantos objetos pueden ser ídolos o incentivos de vanidad, lo estaba por igual al dinero. Ni lo poseía, ni lo deseaba, y si alguna vez recibía alguna ligera cantidad inmediatamente se desprendía de ella.

domingo, 9 de abril de 2017

Qué es la Salvación?

Dios sabía que la humanidad pecaría y necesitaría ser reconciliada con Él. En el centro del plan de Dios para reconciliar a la humanidad pecadora con Él mismo está el mediador Jesucristo (ver 1 Timoteo 2:5-6). 
La palabra Salvación se define como“liberación del poder y efectos del pecado”. Todos hemos pecado (ver Romanos 3:23) pero no podemos salvarnos a nosotros mismos porque sólo una persona sin pecado puede salvar a un pecador. La Biblia nos dice que Jesucristo murió por los pecadores (ver 1 Timoteo 1:15 y Romanos 5:6-8) Provisión para la salvación Ciertas condiciones eran necesarias para que la salvación estuviese disponible para la humanidad: La muerte de Jesucristo; la resurrección de Cristo (ver 1 orintios 15:3-4); la ascensión de Cristo (Marcos 16:19); y la exaltación de Cristo (Hechos 2:33; 1 Pedro 3:22; Hebreos 1:3).

El proceso de la Salvación: El papel De Dios.
En la parte divina de la salvación, Dios, en su soberanía actúa para asegurar la salvación para todos los pecadores, a través de:
Elección: Por Gracia Dios escogió la salvación en Cristo para aquellos que Él sabía que lo aceptarían (ver Efesios 1:4-5) El apóstol Pablo dijo: Porque a los antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos” (Romanos 8:29)

Regeneración: Dios nos vivifica en Cristo, permitiéndonos experimentar un nuevo nacimiento (ver Juan 3:33) Sin un nuevo
nacimiento estamos “muertos en delitos y pecados” (Efesios 2:1)

Justificación: Cuando Dios nos justifica nos declara inocentes delante de Él y abona toda la justicia de Cristo en nuestra cuenta. La justificación representa tanto el perdón de nuestros pecados como la justicia que Él nos da (ver Romanos 3:28, 5:1)

Adopción: Adopción quiere decir “Colocar a un hijo”. Dios nos da los derechos completos de la herencia en Su familia como si hubiésemos nacido en ella (ver Gálatas 4:4-5, Efesios 1:5). Porque somos hijos de Dios podemos llamarle Abba Padre , es decir “Papito” (Romanos 8:15). Como hijos de Dios podemos tener la confianza de que nos entiende, nos cuida y nos bendice.

Santificación: Cuando nos hacemos cristianos Dios nos santifica, es decir, nos separa o nos aparta para Él, en posición y práctica, esto de manera permanente. (1 Corintios 6:11, 2 Tesalonicenses 2:13). Por medio de la santificación nos volvemos más y más como Jesús por la obra del Espíritu Santo.

El proceso de la Salvación: El papel de la humanidad
Así como hay una parte divina en la salvación, también hay un lado humano que se manifiesta por medio del “libre albedrío”:
La fe y el creer : Reconocer a Jesucristo, no sólo con nuestra cabeza, sino también con el corazón (ver Juan 3:18; 5:24; 6:47; Romanos 10:9). La fe es una confianza firme, involucra nuestro intelecto, emociones y voluntad propia (ver Marcos 4:16-17; Romanos 10:9, 17; Efesios 2:8-9; Hebreos 11:1, 6)

Aceptación: El creer en Jesucristo y una fe verdadera nos llevan a aceptar y confesar a Jesucristo como Señor (ver Romanos 10:9-10). El apóstol Juan confirma esto cuando escribe “Mas a todos los que le recibieron, los que creen en su nombre, les dio la potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12)

Arrepentimiento: Esto es un sincero y completo cambio de mente y corazón frente al pecado (ver Salmo 51:3; 2 Pedro 3:9). No sólo debemos dejar nuestro pecado, sino que también debemos regresar a Dios (ver Hechos 3:19; 26:18; 1 Tesalonicenses 1:9)

El resultado de la salvación
Dios nos creó y Cristo nos compró para que podamos conocerle, caminar con Él y glorificarle (ver Efesios 1:11-12). También quiere que llevemos mucho fruto (ver Juan 15:8; 13:34-35) mientras invertimos nuestra vida en su servicio (ver Mateo 16:24-26; Gálatas 6:10)
Llevamos fruto ganando a otros para Cristo y ayudándoles a crecer espiritualmente (ver Romanos 1:13; Proverbios 11:30); compartiendo nuestras bendiciones con otros (ver Filipenses 4:17); adorando y agradeciendo a Dios (Hebreos 13:15) y por medio de nuestra conducta y carácter, viviendo vidas transformadas (Gálatas 5:22)

Algunas personas creen que porque han orado “para recibir a Cristo” pueden vivir como mejor les plazca, pero la salvación se manifiesta a través de una vida transformada (2 Coritntios 5:17) y motiva a los creyentes a seguir el propósito de Dios para sus vidas.

Santo y Gran Mártir Demetrio de Tesalónica.

El Gran Mártir Demetrio de Tesalónica fue el hijo de un procónsul romano en Tesalónica. Tres siglos han transcurrido y el paganismo romano, espiritualmente destrozado y derrotado por la multitud de mártires y confesores del Salvador, intensificó sus persecuciones. Los padres de San Demetrio eran cristianos en secreto, y él fue bautizado y criado en la fe cristiana en una iglesia secreta en la casa de su padre. 

Por el tiempo que Demetrio había alcanzado la madurez y su padre había muerto, el emperador Galerio Maximiano había ascendido al trono (305). Maximiano, confiado en la educación de Demetrio, así como su capacidad administrativa y militar, lo nombró a la posición de su padre como procónsul del distrito de Tesalónica. Las principales tareas de este joven comandante eran defender la ciudad de los bárbaros y erradicar el cristianismo. La política del emperador con relación a los cristianos se expresó simplemente: "Pon a la muerte todo aquel que invocare el nombre de Cristo". El emperador no sospechaba que mediante el nombramiento de Demetrio le había proporcionado una manera para él llevar a muchas personas a Cristo. 

Al aceptar el nombramiento, Demetrio regresó a Tesalónica y de inmediato confesó y glorifico a nuestro Señor Jesucristo. En lugar de perseguir y ejecutar a los cristianos, comenzó a enseñar la fe cristiana abiertamente a los habitantes de la ciudad y derrocar a las costumbres paganas y la idolatría. El compilador de su vida, San Simeón Metafrastes (9 de noviembre), dice que debido a su celo por la enseñanza se convirtió en "un segundo Apóstol Pablo" de Tesalónica porque "el Apóstol de los gentiles", una vez fundo en esta ciudad la primera comunidad de creyentes (1 Tes. y 2 Tes.). 

El Señor también destinó a San Demetrio, seguir al Santo Apóstol Pablo como mártir. Cuando Maximiano se enteró de que el procónsul, recién nombrado era un cristiano, y que había convertido a muchos súbditos romanos al cristianismo, la ira del emperador no conoció límites. Al regresar de una campaña en la región del Mar Negro, el emperador decidió llevar su ejército a través de Tesalónica, decidido a la masacre de los cristianos. 

Al enterarse de esto, San Demetrio ordenó a su siervo fiel Lupus a distribuir su riqueza a los pobres diciendo, "distribuye mis riquezas terrenales entre ellos, ya que buscaremos las riquezas del cielo para nosotros". Comenzó a orar y ayunar, preparándose para el martirio.

Cuando el emperador llegó a la ciudad, citó a Demetrio, que con valentía se confesó cristiano y denunció la falsedad y la inutilidad del politeísmo romano. Maximiano dio órdenes para encerrar al confesor en la cárcel. Un ángel se le apareció, confortándolo y animándolo.

Mientras tanto, el emperador se divertía organizando juegos en el circo. El campeón fue un alemán con el nombre de Lyaeos. Él desafió a los cristianos a luchar con él en una plataforma construida sobre las lanzas punta arriba de los soldados victoriosos. Un valiente cristiano llamado Néstor fue a la cárcel a su consejero Demetrio y pidió una bendición para luchar contra el bárbaro. Con la bendición y las oraciones de Demetrio, Néstor prevaleció sobre el feroz alemán y lo lanzó desde la plataforma en las lanzas de los soldados, al igual que el pagano asesino habría hecho con el cristiano. El comandante enfurecido ordenó la ejecución del Santo Mártir Néstor (27 de octubre) y envió un guardia a la prisión para matar a San Demetrio.

 En la madrugada del 25 al 26 de octubre del 306, unos soldados aparecieron en la prisión del santo subterránea y le atravesaron con lanzas. Su fiel servidor, San Lupus, recogió la ropa empapada de sangre de San Demetrio, y él tomó el anillo imperial de su dedo, un símbolo de su estatus alto, y lo sumergió en la sangre. Con el anillo y otras santas cosas santificadas por la sangre de San Demetrio, San Lupus comenzó a curar a los enfermos. El emperador dio órdenes de detenerlo y matarlo. 

El cuerpo del Santo Gran Mártir Demetrio fue arrojado a los animales salvajes para ser devorado, pero los cristianos lo tomaron y lo enterraron en secreto en un pozo o cisterna. 

Durante el reinado de San Constantino (306-337), una iglesia fue construida sobre la tumba de San Demetrio. Cien años más tarde, durante la construcción de una nueva iglesia majestuosa sobre la antigua, fueron descubiertos los restos incorruptos del santo mártir. Desde el siglo VII un flujo milagroso de mirra perfumada ha sido encontrado debajo de la cripta del Gran Mártir Demetrio, por lo que se llama "Derramador-de-Mirra". 

Varias veces, los que veneran el santo taumaturgo intentaron llevar sus reliquias, o una parte de ellas, a Constantinopla. Invariablemente, San Demetrio, dejó en claro que no iba a permitir que nadie removiera sus reliquias. 

Es interesante observar que entre los bárbaros que amenazaban a los romanos, los eslavos ocupaban un lugar importante, en particular aquellos que se instalaron en la península de Tesalónica. Algunos incluso creen que los padres de San Demetrio eran de origen eslavo. Mientras avanzaban hacia la ciudad, los eslavos paganos fueron reiteradamente rechazados por la aparición de un joven radiante amenazante, dando vueltas en las paredes e inspiraba terror en los soldados enemigos. 

La Iglesia Católica celebra hoy, 9 de abril la Fiesta de este Gran Mártir y la Iglesia Ortodoxa el 26 de octubre.

Por las oraciones del Gran Mártir San Demetrio de Tesalónica, oh Señor Jesucristo, ten piedad de nosotros y sálvanos.

jueves, 6 de abril de 2017

CÓMO EL HERMANO MASEO QUISO PONER A PRUEBA LA HUMILDAD DE SAN FRANCISCO

Se hallaba San Francisco en el lugar de la Porciúncula con el hermano Maseo de Marignano, hombre de gran santidad y discreción y dotado de gracia para hablar de Dios; por ello lo amaba mucho San Francisco. Un día, al volver San Francisco del bosque, donde había ido a orar, el hermano Maseo quiso probar hasta dónde llegaba su humildad; le salió al encuentro y le dijo en tono de reproche:
- ¿Por qué a ti? ¿Por qué a ti? ¿Por qué a ti?
- ¿Qué quieres decir con eso? -repuso San Francisco.
Y el hermano Maseo:
- Me pregunto ¿por qué todo el mundo va detrás de ti y no parece sino que todos pugnan por verte, oírte y obedecerte? Tú no eres hermoso de cuerpo, no sobresales por la ciencia, no eres noble, y entonces, ¿por qué todo el mundo va en pos de ti?

Al oír esto, San Francisco sintió una grande alegría de espíritu, y estuvo por largo espacio vuelto el rostro al cielo y elevada la mente en Dios; después, con gran fervor de espíritu, se dirigió al hermano Maseo y le dijo:
- ¿Quieres saber por qué a mí? ¿Quieres saber por qué a mí? ¿Quieres saber por qué a mí viene todo el mundo? Esto me viene de los ojos del Dios altísimo, que miran en todas partes a buenos y malos, y esos ojos santísimos no han visto, entre los pecadores, ninguno más vil ni más inútil, ni más grande pecador que yo. Y como no ha hallado sobre la tierra otra criatura más vil para realizar la obra maravillosa que se había propuesto, me ha escogido a mí para confundir la nobleza, la grandeza, y la fortaleza, y la belleza, y la sabiduría del mundo, a fin de que quede patente que de Él, y no de creatura alguna, proviene toda virtud y todo bien, y nadie puede gloriarse en presencia de Él, sino que quien se gloría, ha de gloriarse en el Señor (1 Cor 27-31), a quien pertenece todo honor y toda gloria por siempre.

El hermano Maseo, ante una respuesta tan humilde y dicha con tanto fervor, quedó lleno de asombro y comprobó con certeza que San Francisco estaba bien cimentado en la verdadera humildad.

Guerrero

Y apareces guerrero cabalgando
a través del fuego
dejando tras de ti
sangre y arena...
sin dejar que el
alma se permita
sentir la pena...

Hierro blandido
no agota tu fuerza
reservando escollos
sin desfallecer tu
cuerpo mal herido...
sigues luchando
entre la niebla

Galopas contra el viento
venciendo las llamas
del infierno
para dar muerte
al diablo embravecido...

Pero tus pensamientos
no están del todo
malditos...
brazos se dibujan
en el recuerdo
que aun no ha desvanecido

de esos ojos
de ese silencio
de la dulce miel
de sus labios
en la que te sientes
protegido

vuelas a su encuentro
al refugio de su cuerpo
y olvidar a cuantos
le quitaste la oportunidad
de haber vivido...
de haber sufrido....

                      Alicia H. Olivares

SAN PEDRO DE VERONA

San Pedro, mártir dominico, nace en Verona, la ciudad de la Lombardía italiana, hacia el 1.205, en una familia que había sido presa de la herejía de los Cátaros, renovadores -en el centro y norte de Italia- de la doctrina maniquea.

Pedro de Verona es un niño muy inteligente, sincero, agradable y firme en sus decisiones; parece predestinado a ser un apóstol opositor de estos herejes puritanos. Los Cátaros eran desprendidos en el aspecto crematístico, y su espíritu era belicoso y sectario. Su famlia pertenecía a lo que entonces el pueblo llama "patarini"; pese a ello no tienen inconveniente en que la educación del niño esté a cargo de un maestro católico.

Un día, San Pedro de Verona regresa de la escuela y se encuentra con un tío suyo, noble y cátaro también que le pregunta por la marcha de sus estudios. Inesperadamente para el tío, el pequeño Pedro le recita el Credo, cuyo primer artículo refuta precisamente al Maniqueismo, al afirmar un solo Dios Creador Absoluto de cielo y tierra. El tío insiste y le refuta tal doctrina, pero el niño le contesta irrebatiblemente: "Quien no crea esta primera verdad de la fe, no tendrá parte en la vida eterna". El tío queda impresionado y preocupado por su sobrino Pedro

Pedro ha crecido. La Universidad de Bolonia tiene fama merecida; pero todavía goza de mayor influencia Santo Domingo de Guzmán, el Fundador de los dominicos y de sus seguidores que cautivan tanto a estudiantes como a profesores. No pocos de ellos se incorporan a la recientemente fundada Orden de Predicadores.

Pedro, con 16 años, queda fascinado por la palabra ardiente de Santo Domingo de Guzmán y recibe el hábito dominicano de sus manos.

Con ímpetu juvenil se dedica al estudio, a la oración, a la austeridad y a la penitencia; en todo es fiel imitador de Domingo de Guzmán. Terminda la formación eclesiástica, es ordenado sacedorte y nombrado Predicaro del Evangelio de Jesús frente a los "patarinis".

Pronto, la Región toscana, el Milanesado, la Romaña conocen a este fogoso predicaror, y a la vez formidable polemista. Pedro es piadoso, austero. Corre la voz de su santidad por todas partes. Ama a Jesucristo y, como Él, experimenta la prueba, la calumnia y la cruz.

Un día, en su celda dominicana, recibe la visita de las Santas Mártires: Inés, Cecilia y Catalina que dialogan en su habitación. Otros frailes llevan la noticia al Padre Prior. En Capítulo Conventual es reprendido y corregido porque ha violado la clausura y ha recibido a mujeres en su celda religiosa. No se defiende y se reconoce pecador. Por ello es castigado a un Convento de la Marca Ancona donde en la soledad intensifica su estudio y oración... Un día se desahoga ante un crucifijo: "¿Qué he mal he hecho, Señor, para verme como estoy?". Cristo Crucificado le dice: " Y, yo, Pedro, ¿qué mal hice?". De esta forma queda consolado y confortado.

Al fin la verdad triunfa y el Papa Gregorio IX, que le conoce a fondo, le nombra en 1.232 Inquisidor General: Roma, Florencia y Milán conocerán a este apóstol de Cristo. Los milagros refrendan su vida abnegada por Cristo y por los hombres.

Sucesivamente es superior de los Conventos de Piaccenza, Como y Génova. En 1.243 Inocencio IV confirma a Pedro como Inquisidor General. Pero una conjura pesa sobre él para asesinarle.
Semblanza Espiritual

Su martirio es como un eco de la muerte de Cristo, pues es fruto de 40 libras milanesas. Era el 6 de abril de 1.252. Regresaba de Milán a su Convento de Como, donde era Prior. Cerca de la aldea de Barsalina recibe dos golpes de hacha en la cabeza, comienza a recitar en voz alta el credo, las fuerzas la faltan y mojando un dedo en su sangre escribe en el suelo "CREO".

El Credo es la síntesis de su vida, de su abnegada entrega, de una fidelidad emocionante a Cristo Crucificado a quien imita y ama. Tenía 46 años. Su cuerpo es trasladado al convento de Milán. El 25 de marzo del año siguiente, 1.253, Inocencio IV le canoniza. Es el protomártir de la Orden Dominicana.

Actualmente sus reliquias se pueden venerar en la preciosa capilla dedicada a el, en la Basílica de San Eustorgio, en Milán.

domingo, 2 de abril de 2017

San Francisco de Paula, fundador y ermitaño.

Nápoles ha sido fecunda en santos. Al principio del siglo XV vivía en el pequeño pueblecillo de Paula el matrimonio Santiago y Viena. Eran buenos y pobres, pero con la pena de no tener hijos. Por fin, después de tanta espera y tanta súplica al cielo llegó, lleno de alborozo, el primogénito, a quien, en agradecimiento a San Francisco de Asís, le pusieron su mismo nombre. 

El niño era bueno, y crecía a imitación de Jesús, en ciencia, edad y gracia, hasta que le vino una terrible enfermedad que amenazó con su vida. Sus padres hicieron una promesa: Llevarlo al próximo convento de Cordeleros, en San Marco Argentano, y que allí llevara durante un año la vida como los religiosos. Y así fue.

A los trece añitos vistió el hábito del Patriarca de Asís y pasó un año de cielo entre aquellos buenos religiosos. Pronto, por sus muchas virtudes, se ganó la admiración de todos. Llamaba la atención su gran piedad, su vida de intimidad con el Señor ante quien pasaba largas horas entregado a la oración. 

Por su durísima penitencia, por su servicio y caridad, ya que solamente parece que vivía para hacer felices a los demás. Pero aquel cielo para él, y aquel maravilloso ejemplo para los religiosos iba a acabarse, ya que sus padres, una vez cumplido su voto, quisieron volviera a casa para tenerlo a su lado.

En compañía de sus padres realizó algunas peregrinaciones a diversos lugares santificados por la presencia de almas santas. El que más hondo caló en su corazón fue el de Monte Casino donde están todavía claras las huellas de aquel joven que se retiró a la soledad a los sólo catorce años. Francisco sintió ansias irresistibles de poderle imitar. También él amaba la soledad como medio para entregarse al Señor sin los estorbos de los halagos del mundo. 

Pidió permiso a sus padres, y, a los catorce años, se retiró a una cueva no lejana de Paula. Allí se entregó a la más dura penitencia y a una oración casi ininterrumpida. Casi nadie sabía dónde se encontraba, pero a los diecinueve años dos compañeros vinieron a rogarle que los aceptase en su compañía y no pudo impedírselo. Pronto corrió la fama de su vida y de los hechos milagrosos que se le atribuían.

Casi sin darse cuenta se multiplican los discípulos que quieren seguir sus huellas, imitar su vida. Los milagros hacen que acudan en tropel mucha gente para solicitar la ayuda del cielo. Se humilla y anonada diciendo que nada es, a no ser pecado y miseria. 

Construye un Monasterio, y otro, y otro, hasta que le llaman de Sicilia. Debe embarcar y no dispone de medios para pagar la barca. ¿Qué hacer? Arroja el manto pardo sobre las olas, se coloca sobre él, y, haciendo de vela, atraviesa el estrecho ante el asombro de la multitud que le contempla.

El Papa Sixto IV aprueba su Orden con el nombre de Congregación eremítica paolana de San Francisco de Asís y nombra a Francisco de Paula superior general perpetuo por una Bula del 23 de mayo de 1474. Su fama se extiende por todas partes. También tiene detractores, como era de esperar. Él hace milagros y cura, y los médicos le acusan. Él, que no tiene estudios, sabe y entiende más de teología y de política que los más eximios especialistas y la envidia y calumnia se ceban sobre él. Pero no importa.

El mismo rey de Francia, Luis XI, está gravemente enfermo y pide que ese famoso obrador de milagros acuda a su lecho para que le cure. El Santo le dice con valentía: «Majestad, pediré a Dios vuestra salud, pero lo que más importa es la salud del alma. No queda remedio posible entre las medicinas; pero, ya que tanto amáis la vida, lo que importa es asegurar la posesión de la verdadera Vida». Muere el rey, pero le ruega se haga cargo de la dirección espiritual de Carlos VIII.

El lema de nuestro Santo fue este: «¡Gloria a Dios y Caridad para con el prójimo!». Durante toda su vida trató de cumplirlos con la más completa fidelidad.

Lleno de méritos y viendo ya su obra consolidada, el 2 de Abril de 1507, Viernes Santo, expiraba. doce años después el Papa León X lo canonizaba.

En 1562, los hugonotes forzaron su tumba, encontraron el cuerpo incorrupto de San Francisco y le pegaron fuego, ahunque después se pudieron recuperar la mayor parte de las reliquias, que se veneran en su Santuario de Paola, en Calabria.