Y apareces guerrero cabalgando
a través del fuego
dejando tras de ti
sangre y arena...
sin dejar que el
alma se permita
sentir la pena...
Hierro blandido
no agota tu fuerza
reservando escollos
sin desfallecer tu
cuerpo mal herido...
sigues luchando
entre la niebla
Galopas contra el viento
venciendo las llamas
del infierno
para dar muerte
al diablo embravecido...
Pero tus pensamientos
no están del todo
malditos...
brazos se dibujan
en el recuerdo
que aun no ha desvanecido
de esos ojos
de ese silencio
de la dulce miel
de sus labios
en la que te sientes
protegido
vuelas a su encuentro
al refugio de su cuerpo
y olvidar a cuantos
le quitaste la oportunidad
de haber vivido...
de haber sufrido....
Alicia H. Olivares