domingo, 29 de mayo de 2011

ANTE LA ENFERMEDAD


Dolorido ante el paso del tiempo, encorvado entre códigos, matando horas para no pensar. Alzo la cabeza y me come la madrugá, que ya pega bocaos a mansalva. Casi me trago mi cuarto de un bostezo, pero mañana en planta temprano. Todos los días perdiendo, horas de sueños… todos los días durmiendo por los rincones en cualquier hueco. Los días pasan junto a mi cabeza, hasta la agonía. Pero, no es querer decir, que tu empeño en mi enfermedad es mi obsesión. Mi insomnio, me alarga la vida, aunque en realidad me la quita. Me hace soñar con los ojos abiertos, dentro de la realidad. Cruel es no poder imaginar, porque tu tiempo de sueño, no da para soñar. Pierdo el tiempo de los sueños, me paso de largo y los dejo, no quiero tener mis noches entre gritos y recuerdos del pasado. Pero es lo que elijo, y es lo que soy.

Cuando despierto, en medio de la madrugada, sin nadie que me diga que mi grito que rompe los sueños de otros, no fue más que una irrealidad, y que no pasa nada… que no volverá a pasar.

Pero pasar pasa…