domingo, 31 de mayo de 2009
A LA VIRGEN DEL CLAUSTRO
Señora del claustro,
tu posición es privilegiada.
Eres la Señora del Silencio,
silencio necesario para el Espíritu.
Eres la Madre del silencio,
la Madre de la humildad,
la Madre de la pobreza.
Eres la Reina de la Noche y de la Mañana,
estás dentro de Dios y Dios dentro de Ti.
Tu silencio es presencia.
Gracias por tu Hijo,
gracias por tu Fiat,
gracias por tu paciencia en el silencio del Claustro.
Gracias por dar paz a tantas almas,
que te visitan en esos cortos momentos de libertad claustral.
CLAUSTRO, SILENCIO, MARIA
envuélveme con el manto de tu silencio
y dame tus ojos para Ver.
Eres la Señora confiada,
eres la Señora entregada,
eres la Señora amada,
eres la Señora del claustro, por tantas almas venerada.